En un domingo soleadísimo de noviembre, como queriendo poner el escenario perfecto, varios miles de personas recorrimos las calles de Valladolid con la Marcha Mundial por el Clima para exigir a los representantes de los países que se reúnen en París acciones decididas para afrontar el Cambio Climático. El lunes 30 ha dado comienzo en la capital francesa la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, más conocida como COP21, con el objetivo declarado de lograr un acuerdo global para la reducción de emisiones de gases que provocan efecto invernadero, y la voz de hombres y mujeres preocupados por nuestro clima, nuestro planeta, queríamos que se escuchara allá.
Organizaciones ecologistas de todo el mundo convocaron para el 29N una Marcha que ha reunido a millones de personas alrededor del globo para lanzar un mensaje claro a quienes tienen nuestro futuro en sus manos: el cambio climático es el mayor reto al que se ha enfrentado la humanidad, pone en peligro la existencia en la Tierra de la especie humana y está causando ya mucho sufrimiento en las zonas del planeta más pobres y que menos han contribuido a crear este problema. El cambio climático es una amenaza real y seria, y ha llegado el momento de actuar.
Desde Valladolid Toma la Palabra hemos respaldado a las numerosas organizaciones ecologistas y sociales convocantes a través del Ayuntamiento, que aprobó de forma unánime su apoyo a esta Marcha Mundial. Valladolid se ha sumado así a la lista de más 2300 ciudades en todo el mundo que consideran urgente un giro en la lucha contra el cambio climático que la haga más efectiva con el objetivo de reducir las emisiones y limitar a 2ºC el incremento de la temperatura global, evitando los bochornosos inclumplimientos que año a año contemplamos inermes los ciudadanos.
María Sánchez, nuestra concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad, ha encabezado la Marcha, que ha discurrido en un ambiente festivo. La lectura del manifiesto a las puertas del Ayuntamiento ha corrido a cargo del músico Jesús Cifuentes: «hoy estamos aquí y en todo el mundo levantando nuestra voz para exigir a nuestros representantes que cambien de actitud, que sean valientes afrontando el reto con sentido de la responsabilidad. En la reunión de París deben llegar a acuerdos vinculantes que pongan remedio al desastre al que nos enfrentamos y dirigir el mundo hacia un futuro sostenible para todos. Nuestros hijos y nuestros nietos no se merecen que nuestro modelo desarrollista cuajado de avaricia e inconsciencia les deje un planeta destrozado en el que la vida en paz y armonía no sea posible».
