- Artículo de opinión de María Sánchez, portavoz del Grupo Municipal Valladolid Toma la Palabra, publicado en El Día de Valladolid del 22 de octubre de 2021.
Cada miércoles, en la sesión de control, el portavoz del PP, Teodoro García Egea, pregunta algo a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Y esta suele comenzar su respuesta diciendo “señor García Egea, le voy a dar un dato”. La frase es ya tan célebre que en redes sociales hay quien ha pedido que se hagan camisetas con ella. Y alguna empresa espabilada ya se ha puesto a ello, claro.
Es bastante curioso que algo tan anodino como una sesión de control del Congreso capte ahora tanta atención. Es sintomático del momento político que vivimos. Hace no tanto el debate político se coló en los programas de prime time del sábado noche, hasta entonces copados por temas de prensa rosa, “reality shows” y similares. Temas como los desahucios, que la movilización popular había puesto en la agenda, ocuparon horas de debate porque la audiencia lo demandaba. Y se aplaudía a rabiar que, de pronto, hubiera voces diciendo con toda crudeza lo que pocas veces se había oído en programas de máxima audiencia.
Desde entonces, cuando aún regía incólume el bipartidismo, hasta ahora, el panorama político se ha transformado por completo. Y a un ritmo tan vertiginoso que puede resultar agotador. Quizá por eso en este momento gusta tanto el tono de Yolanda Díaz: pausado, educado, riguroso. Contundente sin perder las formas. Sonriente, incluso. Yolanda, sin escatimar un ápice en contenido y convicciones, ayuda a rebajar el ruido político que a veces se vuelve ensordecedor. Y eso se agradece, como empiezan a decir las encuestas.
La política municipal se presta menos al espectáculo, a la frase redonda pensada más para la galería y las redes sociales que para el verdadero debate. Habitualmente, trabajamos prácticamente sin espectadores. Eso no obsta para que haya quien también se apunte a la crispación. Pero creo que muchas personas en el municipalismo nos sentimos identificadas con el estilo de Yolanda. Rigor, tono amable, trabajo discreto pero fructífero. Esa es la forma de hacer política que he aprendido de los concejales y concejalas de Izquierda Unida que me precedieron y que, humildemente, creo que seguimos Manuel Saravia, Alberto Bustos y yo misma.
Yolanda, además, habla de dar voz a la ciudadanía, de unir a quienes somos diferentes, de juntar todas las manos y todas las mentes para cambiar la vida de la gente. Ahí también nos reconocemos, ese es el espíritu con el que nació Valladolid Toma la Palabra. Por eso, señora Díaz, le voy a dar un dato: tiene usted en Valladolid cientos de manos, de mentes y de corazones deseando levantar un nuevo proyecto de país.
