Si algo caracteriza a este nuevo tiempo que nos ha tocado vivir es la de las cosas son cambiantes, movedizas y que las decisiones de hoy seguramente no valgan para mañana. Por eso la adaptación tiene que ser una característica de cualquier organización que quiera sobrevivir y hacer perdurable su proyecto.
Eso vimos en Valladolid Toma La Palabra y por eso nos juntamos ayer en asamblea para adaptar nuestras estructuras a la nueva situación a la que nos enfrentamos. Nacimos hace meses para “imaginar la Valladolid que queremos, que nos merecemos” y las elecciones municipales y nuestra presencia en el equipo de gobierno es un paso más en esa línea de transformación que queremos para la ciudad.
CIEN PERSONAS PARA PENSAR LOS OBJETIVOS DE NUESTRA PLATAFORMA
De nuevo, como ya nos ha pasado unas cuantas veces, la sala en la que nos convocamos se nos hizo pequeña. Casi un centenar de personas nos apretujamos esa tarde de calor veraniego para comenzar a repensarnos, a definir colectivamente qué queremos que sea Valladolid Toma La Palabra a partir de ahora.
Las ideas bullían y los sueños se entremezclaban con la realidad, el sudor, el vaivén de los abanicos y las ganas de ser parte de una plataforma ciudadana que tiene vocación de seguir activando y provocando la participación de vecinos y vecinas en la vida pública de la ciudad. Las conversaciones se hacían más densas y, en pequeños grupos de trabajo, cada cual tuvo la oportunidad de expresar su parecer y lanzar su mirada al resto del grupo. Así, fuimos construyendo poco a poco, palabra a palabra, un acuerdo mínimo sobre los objetivos que queríamos abordara Valladolid Toma La Palabra.
En la puesta en común evidenciamos que, en efecto, tenemos ideas comunes sobre hacia dónde construir la acción de nuestra Plataforma en su relación con el grupo municipal y con la ciudadanía, pero también comprobamos que hay cuestiones que merecen un debate más profundo y un intercambio de pareceres más tranquilo: no terminamos de definir nuestra propia identidad como movimiento-plataforma-colectivo ni tampoco pudimos consensuar la estructura organizativa con la que dotarnos para ser tan eficaces como sea posible. Y es que a la magia de la deliberación, a veces, le cuesta aflorar… ¡y nos cerraban el centro cívico!
PRÓXIMA CONVOCATORIA: MEDIADOS DE JULIO
Por eso nos hemos propuesto unas semanas de reflexión, un tiempo para explorar distintas vías de organización, pensar en alternativas y discutirlas de nuevo en una asamblea en la que retomar estos asuntos a lo largo del mes de julio: ni conocemos otra forma de tomar decisiones compartidas, ni nos apetece explorarlas.
Contamos con una buena base de partida, un montón de gente con ganas de aportar y una buena batería de objetivos operativos aprobados en la asamblea; con estos mimbres, no hay destino que se nos resista, sea cual sea el que logremos dibujar entre todos y todas.
Acta de la asamblea
El acta de la asamblea se puede descargar aquí.
