Valladolid Toma la Palabra quiso hacer la mejor de las campañas posibles y convencer e ilusionar a miles de personas en las pasadas elecciones municipales. Para ello era necesario dedicar muchísimas horas de trabajo, como han hecho decenas y decenas de personas voluntarias, pero también era necesaria una buena cantidad de dinero para llegar a más gente.
¿CÓMO HEMOS FINANCIADO LA CAMPAÑA?
El Estado subvenciona los gastos electorales, pero lo hace después de las elecciones y otorga dinero solamente a aquellas formaciones que obtienen un determinado resultado. El primer reto, por tanto, era conseguir ese dinero por anticipado para poder hacer campaña con la menor desigualdad posible con respecto a los grandes partidos.
Afortunadamente, hemos contado con grandes muestras de generosidad: en primer lugar, de las formaciones políticas que han apoyado nuestra candidatura y, en segundo lugar, de muchas personas a título particular que la han hecho crecer. Como se puede ver en los datos que presentamos (los ingresos son para el conjunto de la provincia), la mayor parte de los ingresos de nuestra campaña proviene de las aportaciones que, en función de sus posibilidades han realizado tanto Izquierda Unida como EQUO.
Pero, ¿de dónde sale el dinero? Pues de las cuotas que aportan las personas afiliadas y también de parte del salario al que sus cargos públicos han ido renunciando cada mes en los últimos años. El resto de los ingresos han sido aportados por casi un centenar de personas que han decidido dedicar parte de sus ahorros a darle impulso a nuestra campaña. El agradecimiento por todos estos esfuerzos, de solidaridad entre humildes, es enorme.
¿QUÉ RETOS DEBÍAMOS ABORDAR EN LA CAMPAÑA?
El principal: dar a conocer una candidatura nueva, explicar que éramos una suma de formaciones y personas trabajando por un programa de cambio para Valladolid y, por supuesto, convencer de que ese programa era el que necesitamos.
Hemos volcado nuestra actividad en el contacto directo en la calle, y por ello uno de los principales gastos ha sido el de imprenta y reprografía: carteles, folletos, pegatinas… Hemos tenido que reponer una y otra vez estos materiales porque la gente ha hecho un trabajo descomunal en barrios, centro de estudio y trabajo con mesas informativas, buzoneos y pegadas.
Nuestra caseta electoral también ha sido un elemento central, como punto informativo y de reparto de propaganda, pero también como centro cultural con actividades musicales, teatrales o literarias, talleres infantiles o cocina solar. El alquiler, decoración, electricidad y demás gastos han supuesto algo menos de 1000 euros.
Decidimos también alquilar una furgoneta que sirviera a la vez para transportar todo lo necesario para realizar los actos que hemos hecho en la calle e informar mediante megafonía a la gente de la zona. Ello, junto a pancartas, vinilos y alguna cosilla más es lo que agrupamos bajo el epígrafe de “publicidad exterior”.
También hemos gastado parte del dinero en eventos, como el concierto de cierre de campaña y otros actos de calle, o en artículos promocionales como camisetas, libretas o chapas. En el apartado de “otros gastos” incluimos cosas como la herramienta de votación on-line para nuestras primarias o el servicio de alojamiento y mantenimiento técnico de nuestra web.
Por último, la partida más cuantiosa se ha destinado a la publicidad en medios de comunicación, no tanto porque se haya contratado mucha, sino porque los precios de estos medios son muy altos. Para Valladolid Toma La Palabra era muy importante llegar al porcentaje de población más amplio posible para dar a conocer nuestras propuestas: más allá de nuestro trabajo en la calle y en internet, la prensa y la radio han supuesto una visibilidad importante para la candidatura.
LO MÁS VALIOSO: LA APORTACIÓN ALTRUISTA DE TIEMPO, TALENTO, CONOCIMIENTO Y ESFUERZO DE CIENTOS DE PERSONAS
Junto a todo esto ha de tenerse en cuenta que muchas actividades no han supuesto coste alguno porque ha habido gente que nos ha regalado su tiempo, sus saberes, su música, sus locuciones, sus dibujos, su trabajo audiovisual, que nos ha prestado un local o que, sin haber tenido contacto previo, ha buzoneado su portal o su centro de trabajo con centenares de folletos.
En resumen, nuestra campaña ha superado las carencias económicas con creatividad y participación, ha suplido el menor espacio en medios de comunicación con mucha dedicación y trabajo voluntario y, sobre todo, hemos sustituido la crispación y el aburrimiento de las campañas electorales por entusiasmo y alegría. Ahora toca contagiar con ello a toda una ciudad que se merece cambiar.