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«Amarillos», nuestro agradecimiento a todos aquellos que han hecho mejores las Fiestas

El color de la energía, del calor, del sol es amarillo. Los plátanos son amarillos, y los girasoles, y las franjas del cuerpo de las abejas, también. Muchos de nuestros héroes animados, Bob Esponja, Los Simpons o Los Minions son amarillos. Y hasta el submarino de Los Beatles era amarillo.

Las caritas de los emoticonos son amarillas y, curiosamente, las señales de advertencia y de peligro, también, como la bandera en las playas. Cuando un árbitro saca la tarjeta amarilla, está dando un aviso. Y quienes no pueden verlo ni en pintura son las gentes del teatro: dicen que da mal agüero porque a Molière le dio un patatús sobre las tablas vestido de amarillo cuando representaba su obra ‘El enfermo imaginario’.

Un color tan llamativo es imposible que pase desapercibido… ¿o sí? Porque las ciudades son sitios que, a veces, se tragan los colores. En fiestas, cuando nos juntamos para divertirnos y estar con nuestra gente, quizá no nos pasaría inadvertido que alguien luciera un maillot amarillo, como si hubiera ganado el Tour de Francia. Pero, a todas horas, nos rodean ‘amarillos’.

Si miras con atención, te darás cuenta de que en estos días ha habido alguien cerca de ti con una franja amarilla en su uniforme, como las infatigables abejas. Son esos oficios que se mimetizan o que se traga la ciudad, pero sin la que esta no podría funcionar: el servicio de limpieza o el de parques y jardines, protección civil o la policía local.

Los ‘amarillos’ son los que recogen todo lo que dejamos atrás tras la fiesta, los que acondicionan todos los días la ciudad para que luzca su mejor cara, los que velan para que no nos pase nada y los que nos cuidan cuando, al final, algo nos pasó.

Están ahí, mimetizados tras sus franjas de color amarillo, los días de fiesta y durante el resto del año. Aguza la vista y, hoy, que la ciudad recupera su ritmo cotidiano, piensa qué hubiese sido de ella sin los ‘amarillos’.

Desde Valladolid Toma la Palabra… ¡gracias por cuidar de la ciudad cuando el resto disfrutamos de ella!