Cuidar y disfrutar de los espacios públicos de nuestra ciudad

  • Reportaje publicado en El Mundo – Diario de Valladolid el 5 de agosto de 2018 sobre el trabajo en la Concejalía de María Sánchez sobre el Campo Grande

Valladolid tiene 533’77 hectáreas de zonas verdes, una cantidad que aumentó 12 hectáreas este último año. Existen numerosas de estas zonas distribuidas por toda la ciudad, en concreto hay un total de 126, entre los que están incluidos el parque Canterac, el pinar de Villanueva, el paseo de Zorrilla o el parque Covaresa.

Valladolid posee, sin lugar a dudas, una gran cantidad de zonas verdes, cuidadas por el Servicio de Parques y Jardines. Cada habitante de Valladolid tiene 17’81 metros cuadrados de zona verde, una media por encima de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 10 y 15 metros cuadrados. De hecho, la ciudad es la decimoprimera con más zona verdes mantenida por habitante, según el análisis de la conservación de la infraestructura verde urbana en España 2015. El primer puesto lo ostenta Vitoria. Otra ciudad de Castilla y León que aparece en esta lista es Segovia, que se encuentra en cuarto lugar.

La superficie de zonas verdes de Valladolid se encontraba estancada, no tenía aumentos significativos. «Tras una época de gran expansión de estos espacios, debido a diversos boom de urbanismo, se produjo un parada», explicó el subdirector del Servicio de Parques y Jardines de Valladolid, José María Rodríguez. De hecho, en el año 2016 los metros cuadrados de zona verde de la ciudad no aumentaron absolutamente nada. Esto ya había sucedido anteriormente en 2012 y 2013. Pero, este último año la expansión de las zonas verdes ha regresado, fundamentalmente con el proyecto del Bosque de los Sueños, de 14 hectáreas, situado en la VA-20, frente a Michelin. También se incluyen en el crecimiento de este último año pequeñas zonas que todavía no estaban cedidas y que ahora se encargan de su mantenimiento y cuidado.

El Bosque de los Sueños era un proyecto de la Unión Europea llamado ‘Quick Urban Forest’. En un solar, la parcela de Soto de Medinilla, se plantaron más de 30.000 árboles con el fin de crear zonas arboladas en suelo urbano. Para ello, se usaron especies autóctonas y sin necesidad de riego. En este proyecto los niños participaron activamente a través de sus colegios mediante la plantación de varios ejemplares y la realización de certámenes. De hecho, el nombre de la zona fue dado por alumnos del CEIP Alonso Berruguete.

Asimismo, en los últimos años la superficie de Valladolid sufrió una importante expansión con las 64’5 hectáreas del Parque de las Contiendas. Hace seis años se inauguró este híbrido entre parque forestal y urbano en el que se plantaron cerca de 63.000 arbustos y más de 12.200 árboles de diversas especies como pinos, encinas, álamos, cerezos, plátanos, higueras, tilos, entre muchas otras. Dentro de este parque los vallisoletanos pueden encontrar prácticamente de todo: una zona forestal, una dehesa, varios senderos, cuatro circuitos deportivos, una pradera, entre otras cosas.

CAMPO GRANDE

El parque más emblemático de Valladolid, tanto por su numerosa vegetación como por su estructura, es Campo Grande. En pleno centro con una forma triangular -limitado por la calle de la Acera de Recoletos, el Paseo de los Filipinos y el Paseo Zorrilla- se encuentra este significativo parque vallisoletano, donde se mezclan dos estilos: el paisajístico y el romántico. Ocupa un total de 12 hectáreas con dos partes diferenciadas: el paseo Central, paralelo a la acera recoletos, y el interior del parque, lleno de vegetación y fauna.

«Las especies que alberga el parque son miles, sería imposible decir un número entre árboles y arbustos» comentó el subdirector del Servicio de Parques y Jardines de Valladolid, José María Rodríguez. Las especies que habitaban en Campo Grande han ido variando a lo largo de su historia. Destaca el caso de los olmos negrillos (ulmus minor), la especie más abundante al inicio, puesto que fue la especie plantada durante el inicio del parque. Pero poco a poco fue sustituida por otras especies, principalmente, por acacias. Actualmente cuando comienzas a andar por el Sendero de los Olmos puedes observar a su entrada el último ejemplar: un viejo olmo, seco y sin vida.

El número de árboles plantados en el parque asciende a los 6.000 ejemplares. «La gran variedad de especies que puedes encontrar paseando por Campo Grande, hacen del parque un auténtico jardín botánico», puntualizó la concejala de Medio Ambiente y Sotenibilidad, María Sánchez. Algunas de las especies más destacadas son la palmera china, el cedro del Líbano, el ciprés de los pantanos, el Ginko, el árbol del amor o la catalpa. Por otra parte, la encina, la haya, los arces y el castaño de Indias son las especies más abundantes en el parque. Además, se aprobó recientemente una inversión de 300.000 euros tanto para aumentar la arbolada como para mejorar ciertas zonas como serían las fuentes, puesto que estas presentan problemas en su funcionamiento.

Al pasear por Campo Grande es común cruzarte con los pavos reales, los famosos inquilinos del parque. Tres pajareras repartidas por el parque dan hogar a numerosos pájaros. Las más antigua es ‘La Faisanera’, la más cercana al Paseo de los Filipinos, a pesar de su nombre dentro se encuentran palomas mensajeras. La siguiente, esta cerca de la entrada del Paseo Zorilla, a la altura de la Academia de Caballería. Mientras que la tercera esta cerca de la fuente de la Fama, dividida en diferentes departamentos donde puedes encontrar un poco de todo, desde faisanes a gallos japoneses.

Esta zona siempre ha sido un espacio urbano de gran importancia. Desde finales del siglo XIII hasta principios del XVII, se encontraba ahí una de las puertas que limitaba la ciudad, Puerta del Campo. Será entre 1787 y 1788, cuando la zona comience a añadir más verde a través de un proyecto del arquitecto Francisco Valzanía. «Campo Grande en sus inicios fue un plantío lleno de hileras de olmos, que con el tiempo fue remodelado hasta convertirse en el parque que hoy conocemos», relató José María Rodríguez.

Los primeros cambios llegaron con la creación desenderos en los que se plantaron plátanos, pero sería cien años después cuando se comenzaría el verdadero acondicionamiento de la zona con el encargo del proyecto a dos jardineros, Ramón Oliva y Francisco Sabadell, por parte del que era en ese momento alcalde de Valladolid, Miguel Íscar.

Asimismo, Campo Grande reúne en su interior numerosos homenajes a personajes significativos que la ciudad ha tenido a lo largo de su historia. Miguel Íscar, como su creador, está muy presente en todo el parque. En su memoria encontramos dos elementos en el parque. El primero es la fuente de la Fama.

Tras la muerte inesperada del alcalde se constituyó una comisión con el fin de construir una fuente monumental en la ciudad en honor del fallecido. Se barajaban varios lugares donde colocarla, pero finalmente se decidió en el interior de Campo Grande. En la parte superior de la obra se halla la figura de la fama. En la actualidad la escultura original, de Mariano Chicote, se encuentra en el Archivo Municipal de Valladolid. Mientras que en Campo Grande sobre la fuentese haya una réplica de la figura.

La otra escultura en honor al alcalde vallisoletano se encuentra medio oculto entre unos arbustos, un busto de bronce con el escudo de la ciudad en su pecho. Leopoldo Cano, poeta y dramaturgo vallisoletano, tiene en el Paseo del Príncipe un busto en su honor. Siguiendo el camino de tierra detrás de este busto llegamos a otro dedicado, esta vez a Gaspar Núñez de Arce.

La estatua del fotógrafo es probablemente una de las más famosas del parque debido a su naturalidad, un persona de tamaño real en el acto de hacer una fotografía. Con ella se reconocía la labor de Vicente Muñoz, fotógrafo del parque durante cincuenta años. Si atraviesas esta última escultura llegas a otro busto, el de la escritora Rosa Chacel.

En la reforma inicial del parque se debatió construir un estanque con una doble finalidad, servir como depósito de agua para el riego y ser un elemento decorativo. Una vez concluyó su construcción hubo varios problemas, puesto que no tenía la altura suficiente para facilitar el riego y su posterior vaciado a la hora de limpiarlo. Para solucionar estos contratiempos, se ideó una noria y se pensó en construir un sistema de alcantarillado con el fin de que las aguas del estanque llegaran hasta el Pisuerga o el Esgueva.

Finalmente se tomo la decisión de llevar a cabo la construcción de una cascada. Sería en el año 1880 cuando finalizaría la instalación de la cascada y un año después esta ya era el principal elemento decorativo del parque. Hoy en día al pasear por el estanque vemos como patos, gansos, tortugas y cisnes viven en sus aguas. En invierno destaca la presencia de especies como el pato cuchara. Las vísperas de festivos también es posible darse una vuelta en una pequeña barca, ‘La Paloma’.

En la actualidad Campo Grande tiene hasta zonas de juegos infantiles, con el querido barco pirata, el jeep, la torre o el castillo, adaptado para niños con discapacidades. El columpio del barco pirata, uno de los favoritos de los niños ha sido el objetivo de actos vandálicos en el parque en dos ocasiones durante el último año y arreglarlo ha supuesto una inversión de 20.000 euros.

Otro relevante lugar del parque es el Paseo Central, en uno de los laterales del triángulo, paralelo a la Acera de Recoletos. En esta zona hay canchas de baloncesto y otros «juegos de siempre. También existen zonas adaptadas para discapacitados Asimismo, ahí tienen lugar a lo largo del año numerosas actividades culturales como la Feria del Libro o actuaciones del Festival Internacional de Teatro y Artes.

Un vistazo al interior de campo grande

Tres elementos fundamentales del parque. El pavo real de la primera foto es uno de los inquilinos más queridos del parque. En la foto del medio podemos observar un grupo de gente en el estanque que se construyó con el objetivo de servir como depósito de agua para el riego y decorar. Mientras que la última foto es la fuente de la Fama construida en honor del alcalde Miguel Íscar tras su repentina muerte. La escultura que ostenta en la parte superior es una réplica.

*Artículo original en El Mundo – Diario de Valladolid: https://bit.ly/2PoRABb