Una entrevista en la radio donde se lanza la idea. Un llamamiento en la plaza de la Universidad. Un verano de dudas que al final es un sí. Un otoño para crecer y madurar. Un invierno de ajustes y engranajes. Una primavera de extensión. Un largo año que se nos ha pasado en un vuelo.
Hablar, hablar y seguir hablando. Cambiar las palabras por cartulinas de colores. Decidir. Hacer comida, grupos y subgrupos de trabajo. Escribir. Sacar y subir fotos. Diseñar carteles. Grabar vídeos. Programar reuniones y actividades. Aprender muchísimo. Abrir un pad, seguir una conversación por slack y asignar tareas en wunderlist. Compartir desvelos.
Dormir poco y soñar mucho. Con algo más de tiempo la gente que estamos detrás de este proyecto hubiéramos podido montar un equipo de rodaje, un estudio de diseño gráfico, un gabinete de comunicación, una gestoría, una agencia de colocación y una oficina de eventos, todo a la vez.
Hemos hablado, hemos reído, hemos aprendido que un montón de gente cabezota puede darle forma a una quimera, que empecinarse en algo es bueno a veces, que confiar en otras personas es un bumerán que te hace crecer a ti y a un proyecto común. Que cada cual escapa de la muerte a su manera. Que hemos encontrado la fórmula política para huir del absurdo que nos rodea. El domingo empujamos esa piedra del cambio que ya ha empezado a rodar… Gracias por todo vuestro apoyo.