María Sánchez Esteban

41 años
Técnica de proyectos
Concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad

Biografía

Nací hace 41 años en Valladolid, y he vivido siempre aquí, en distintos barrios como Delicias, Rondilla o actualmente Huerta del Rey, donde vivo con mi pareja y mi hija de 9 años. Mis aficiones son muy corrientes: leer, ver cine y series, quedar con mis amistades… Y en los últimos tiempos me he animado a cantar, primero con un grupo de madres y padres del colegio de mi hija y luego yendo a clases, pero es una afición que he tenido que dejar apartada un tiempo.

Soy Licenciada en Derecho y realicé un Máster en Igualdad y Políticas de Género en la Universidad de Valladolid. Igual que mucha otra gente, durante mis años en la Universidad compaginé los estudios con otros trabajos como auxiliar administrativa, teleoperadora o comercial y desde 2015 estoy en excedencia como técnica de proyectos en una Fundación dedicada a la igualdad de derechos LGBT y en una asociación de carácter medioambiental.

Soy concejala del Área de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Valladolid desde junio de 2015, portavoz del Grupo Municipal Valladolid Toma la Palabra y Cuarta Teniente de Alcalde. También presido los dos Consejos de Administración de las empresas municipalizadas bajo nuestra gestión: NEVASA (Necrópolis de Valladolid, S.A.) y AquaVall, Entidad Pública Empresarial del Agua. Además hemos trabajado desde la vicepresidencia de la Red Estatal de Municipios por la Agroecología y recientemente he sido nombrada vicepresidenta de AEOPAS (Asociación de Operadores Públicos de Agua).

Participación en organizaciones

Siempre he creído necesario implicarme en transformar la sociedad empezando por lo más cercano y aprender a coger el testigo de quienes me han precedido en la lucha por causas justas. Me incorporé al movimiento estudiantil en las movilizaciones contra la Ley Orgánica de Universidades en el año 2001, y posteriormente formé parte del Claustro y del Consejo de Gobierno de la Universidad de Valladolid. También he colaborado de forma activa en el movimiento ecologista y feminista de la ciudad, además de en múltiples plataformas sociales.

Fui coordinadora de la asamblea local de Izquierda Unida desde 2008 a 2015. En mi tarea municipal he trabajado por la defensa de los servicios públicos municipalizando el ciclo integral de agua en Valladolid, la funeraria y la gestión de cementerios e invirtiendo en la mejora de servicios como Parques y Jardines o Limpieza.

Actualmente estamos configurando la Zona de Bajas Emisiones de Valladolid e impulsando acciones para impulsar el consumo de energía renovable, como las Comunidades Energéticas, entre otras políticas municipales vinculadas a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.

Pauta motivacional

Si presentarte a la alcaldía de tu ciudad siempre es una gran responsabilidad, imaginaos intentar hacerlo cogiendo el relevo de una persona como Manuel Saravia… Además del balance de gestión en materia de urbanismo y de vivienda que va a legar a Valladolid, creo que es indiscutible que, sobre todo, ha aportado una forma de hacer política ejemplar. Con amabilidad, sin crispación, con tono sosegado y pedagogía. Por eso da mucho vértigo aspirar a ocupar el que ha venido siendo el sitio de Manuel Saravia y si soy capaz de no echarme atrás es gracias precisamente a todo lo que he aprendido de él trabajando juntos, día a día, todos estos años.

Y en estos años creo que hemos sido capaces de abrir camino a un nuevo modelo de ciudad: con una fuerte apuesta por lo público, con una decidida prioridad en inversión social y una rotunda implicación en la transformación ecológica. Pero también hemos abierto paso a un nuevo modelo de gobierno: un gobierno plural, que es capaz de resolver sus debates sin ruido, poniendo los intereses de la ciudadanía por delante de las lógicas diferencias.

Por eso, la principal motivación para presentar mi candidatura es contribuir a consolidar este modelo de ciudad y de gobierno y poder pasar el relevo a nuevas personas que continúen esta tarea. Y estoy convencida, además, de que podemos lograrlo con una mayor presencia de Valladolid Toma la Palabra y como no puede ser de otra manera tenemos que hacerlo aspirando a ser la fuerza mayoritaria.

Por eso, uno de los factores que más me motiva también es que por fin se cumple algo por lo que veníamos trabajando desde hace años: presentar una candidatura de confluencia en la que no falte nadie. Y es que nuestro espacio político es ahora un espacio más amplio, más rico y diverso y por eso estoy muy ilusionada y animada.

Hace ocho años, las fuerzas que hoy concurrimos juntas obtuvimos el apoyo de casi 40.000 personas. Si todos esos votos hubieran ido a una única candidatura, se habría podido alcanzar la alcaldía de esta ciudad. Nuestra tarea ahora es volver a ilusionar a esas miles de personas y muchas más en torno a un proyecto para Valladolid.

Valladolid es hoy una ciudad más amable, más igualitaria y más verde que hace ocho años. Pero creo que debemos conjurar el riesgo de caer en la autocomplacencia. No basta con hacer más y mejor de lo que se hacía porque el listón no está en lo que hicieran los rivales políticos, está en las necesidades de la ciudadanía. Y, a pesar del drástico incremento del gasto social, en nuestra ciudad sigue habiendo desigualdad. A pesar de que estemos reduciendo nuestra huella de carbono, los retos medioambientales no nos permiten descanso y tenemos que ser capaces de marcarnos objetivos cada vez más ambiciosos.

Valladolid Toma la Palabra no es un proyecto solamente para ganar estas elecciones, sino para construir la ciudad de las próximas generaciones. Por eso, me ofrezco para aportar el bagaje de lo hecho en los últimos años y ponerlo al servicio de la candidatura con la formación de un equipo que recoja el testigo y continúe el trabajo para mejorar nuestra ciudad.