María Sánchez: “La ciudadanía no necesita una política catastrofista sino una que dé certezas y en eso estamos desde este Gobierno local”

  • Intervención de María Sánchez, portavoz municipal de Valladolid Toma La Palabra, en el Debate sobre el Estado de la Ciudad.

Buenos días.

No sé si siguen ustedes la serie danesa Borgen. Se la recomiendo. La tercera temporada comienza con un dilema: se ha encontrado petróleo en Groenlandia y la protagonista, una gobernante danesa, debe optar entre oponerse a su extracción por convicción ecologista o tolerarla para permitir el desarrollo económico de un territorio empobrecido. No haré spoilers porque, además, no he terminado de verla.

Pero lo relevante es el planteamiento de partida. Desde una visión simplista se podría entender como un falso dilema entre salvar a la foca monje o proteger a los seres humanos. O entre pragmatismo e ideales. Sin embargo, esa sería una visión simplista. En la crisis climática están en juego también las condiciones de vida de las generaciones futuras. Porque abusar de los combustibles fósiles ignorando que se agotarán en breve y que los efectos de su uso están alterando el clima supone no tener solidaridad alguna con nuestros hijos y nietas.

Este es hoy el gran dilema global, pero es similar a otros que a menudo nos encontramos en cualquier institución, también en un ayuntamiento. ¿Debemos priorizar lo que puede tener algún efecto positivo ahora aunque pueda ser perjudicial a medio y largo plazo? ¿O hay que ser capaces de dejar de pensar solo en el beneficio inmediato para no comprometer negativamente el futuro?

Los tiempos electorales no favorecen este segundo enfoque. En nuestro ámbito, muchas de las decisiones con calado estratégico, de transformación profunda de la ciudad, están siendo duramente criticadas por la oposición, como hoy veremos. Imagino que porque es muy tentador limitarse a hacer política para contentar al vecindario y asegurarse la mayoría en las siguientes elecciones.

Pero es que nuestras vecinas y vecinos no son menores de edad. Y hacer política desde el paternalismo es un error nefasto. Por eso yo me siento orgullosa de pertenecer a un gobierno que está siendo capaz de tomar decisiones difíciles, pensando en el largo plazo y confiando en la madurez de la ciudadanía para comprender que es necesario planificar la ciudad mirando al futuro.

Porque Valladolid mira al futuro, por ejemplo, cuando recupera la propiedad del Teatro Lope de Vega. En el corto plazo la ciudadanía vallisoletana no lo está notando. Al contrario, ha supuesto y supondrá una inversión. Pero dentro de unos años, podremos disfrutar, de nuevo, de un espacio escénico que parecía abandonado y abocado a su desaparición.

Valladolid mira al futuro cuando hace lo mismo con el convento de las Catalinas, ganando para disfrute público un espacio privilegiado en el centro de la ciudad. De nuevo, esa inversión podría haberse dedicado a inaugurar unas cuantas cosas bien vistosas que habrían dado un buen puñado de votos. Pero si pensáramos con la mirada así de corta, Valladolid perdería la oportunidad de contar con equipamientos culturales, deportivos o sociales que ahora mismo escasean en la zona centro.

Nuestra ciudad mira al futuro, también, al incrementar sostenidamente el presupuesto en política social. Porque acabar con las enormes brechas sociales de nuestra ciudad es una carrera de fondo. Es una tarea en la que todo esfuerzo es poco y en la que, a pesar de doblar en siete años el presupuesto, no llegamos a todas las necesidades. Es una tarea ingrata, que no se presta a la foto. Pero que es indispensable, porque la ciudad no es solamente las aceras, los parques, las plazas o los equipamientos. La ciudad es, fundamentalmente, la gente que la habita.

Valladolid mira al futuro, por supuesto, cuando apuesta por la gestión pública. Lo fácil es lavarse las manos y encargar a una empresa privada que preste el servicio a cambio de llevarse parte del beneficio. Pero ahora todo el beneficio es para la ciudad: cada euro va a realizar inversiones de mejora en el agua, en la movilidad o en los servicios funerarios, para aplicar criterios sociales y medioambientales más exigentes.

Y, además, se trata de una inversión rentable a futuro, porque en muy pocos años serán beneficios netos a sumar al patrimonio común. Hemos multiplicado por tres el valor del Ayuntamiento desde 2015.

Y hablando de mirar al futuro… ¿qué les voy a contar sobre la integración ferroviaria? La de dolores de cabeza que nos estaríamos ahorrando si hubiéramos hecho como los anteriores gobiernos con el soterramiento: prometer, vender humo, un par de infografías molonas y patada para adelante. Pero en vez de seguir con el ciento volando, hemos preferido procurar unos cuantos pájaros en mano, meternos en faena e intentar mejorar la permeabilidad entre la zona este y el resto de la ciudad. Asumimos el coste de cargar con las críticas de quienes legítimamente demandan un soterramiento que la mala gestión hizo inviable a base de endeudamiento. Y lo asumimos porque nuestro papel no es evitar críticas o molestias hoy, sino poner la vista en esa Valladolid futura, con muchos más pasos, mucho más diáfanos, seguros y amables.

Un último ejemplo de esa mirada a largo plazo para la ciudad: la movilidad y la calidad del aire. Cambiar las pautas de movilidad de una ciudad para apostar por desplazamientos menos contaminantes cuesta esfuerzo. Es como cambiar de hábitos en cualquier otro asunto: cuando intentamos comer de forma más saludable o hacer más deporte. O te pones de forma decidida y constante o no conseguirás nada.

Hasta ahora teníamos papeles en los que, de palabra, se apostaba por la movilidad sostenible, incluso programas electorales. Papeles que tenían el mismo valor que los buenos propósitos de año nuevo que nunca se cumplen. Ahora, por fin, nos hemos puesto en serio y hemos sentado las bases para que la movilidad de Valladolid cambie drásticamente y el aire que respiramos mejore significativamente.

¿Y saben qué? Pues que al final no nos ha costado tanto. Lo podíamos leer en la prensa este domingo. Valladolid está mucho menos congestionada que otras ciudades, incluyendo algunas de bastante menor tamaño. Con toda la matraca que han dado ustedes con los atascos y resulta que los datos nos dicen que hoy, una vez implantadas las medidas que más han dado qué hablar, el nivel de congestión es prácticamente el mismo que en 2019. No se preocupen, es normal, nos pasa a todo el mundo cuando intentamos mejorar los hábitos, al principio nos cuesta y nos quejamos mucho. El problema es que ustedes no solo son de los que se apuntan al gimnasio y no van, sino que además intentan arrastrar también a los demás y convencerles de que les acompañen al bar a tomar unos torreznos.

Pues bien, Valladolid no les acompaña en su eterna letanía agorera. No. Por mucho que se empeñen no somos una ciudad paralizada y sumida en el caos. No. Como he ido desgranando, Valladolid no se conforma con ir simplemente saliendo del paso, sino que está construyendo un proyecto de futuro. Un futuro con más servicios, con más equipamientos culturales, con más igualdad social, con más equilibrio entre barrios, con mejor calidad del aire. Debatimos hoy sobre el estado de la ciudad y ese es el estado de Valladolid hoy: una ciudad dinámica, en continua transformación, que se marca retos estratégicos y avanza con paso decidido para cumplirlos.

Señor García, habla de ocurrencia en la zbe, ¿le parece una ocurrencia la ley? A veces llego a pensarlo. Habla de marketing de este equipo de gobierno, es curioso que lo diga cuando acaban de nombrar un vicepresidente sin cartera. Un vicepresidente de marketing. No como el teniente alcalde de este Ayuntamiento.

Les oímos, en ocasiones, hablar de una ciudad paralizada. Algo que no ha logrado ni la pandemia, ni el incremento de costes de materiales por la invasión rusa a Ucrania. De verdad, ¿De qué ciudad paralizada hablan?

En tres años se han llevado a cabo 300 actuaciones diferentes por los barrios a través de los presupuestos participativos, algo impensable cuando gobernaba la derecha en esta ciudad. Y por supuesto, se siguen desarrollando los programas dotacionales, de vivienda y espacio público previstos.

Y así, por ejemplo, en el desarrollo de la integración ferroviaria se cuenta ya con el proyecto de la calle Salud. No se trata ahora del proyecto de un nuevo paso, sino del tratamiento de los bordes, de la mejora de la calle que sigue al recorrido ferroviario en la zona Este.

O también podemos ver el proyecto de las 44 nuevas viviendas jóvenes de la Avda. de Burgos, que se sumarán a las 25 recientemente concluidas. Unas viviendas de carácter colaborativo, que se licitarán en el presente año 2022. (Aquí ven las imágenes del proyecto seleccionado).

O el Plan Director de la parcela de las Catalinas, ya concluido y en trámite de consultas a las administraciones, previas a la aprobación inicial en la Junta de Gobierno de la próxima semana. Un plan director que incluye el Centro de la Cultura del Vino, un espacio para el Archivo Municipal, un conjunto dotacional para personas mayores y una piscina cubierta y centro deportivo, además de mantener un amplio espacio verde, de huerto, que se integra en todo el conjunto. Como digo, en estos días les llegará a las administraciones a las que se debe pedir informe antes de la aprobación, y el próximo miércoles se aprobará en Junta de Gobierno.

Termino ya con esta primera intervención. En Borgen, la serie que mencionaba al comienzo, se muestra también el conflicto de la gente más joven reprochando la pasividad de las generaciones anteriores ante el deterioro del planeta. Probablemente en unos años en los libros de texto se muestre incomprensión por tantas décadas de irresponsabilidad medioambiental, de consumo desmedido de recursos que sabíamos que se iban a agotar, de generación de residuos que no había dónde meter. “¿Es que no pensaron en qué planeta nos dejaban?”, pensarán.

Creo que conviene pensar desde esa perspectiva. Porque toca mejorar el presente con la vista puesta en el futuro, pero no hay que olvidar que todos los que estamos hoy aquí sentados algún día seremos el pasado. Y me gustaría que si alguien tuviera que estudiar esta parte de la historia de la ciudad dentro de un par de décadas, viera en ella el punto de inflexión hacia esa ciudad más justa, equilibrada, abierta y amable que Valladolid merece.

Muchas gracias.

SEGUNDA INTERVENCIÓN

Hemos oído decir en varias ocasiones a Pilar del Olmo que Valladolid ya no es una ciudad atractiva. Claro, es que para ustedes lo era mucho más cuando en plena crisis, durante su gobierno, se recortaban 5 millones de euros en acción social. Les gustaba mucho más ese Ayuntamiento que el que para paliar los efectos de la pandemia supera los 24 millones de euros de gasto público. Es incomprensible, señores y señoras del Partido Popular.

Dicen que Valladolid está sucia desde que gobernamos nosotros. Para darle un dato: en 2015, que gobernaba el PP, llegaron 673 quejas de limpieza, mientras que en 2016, 580. En 2010, en el servicio de limpieza había 554 trabajadores municipales y en 2015, 502. Fíjense, si hasta con estos datos pretender retorcerlo todo.

Y la verdad es que entiendo su descoloque porque lo que ustedes llamaban experimentos ahora son realidades. Recuerdo a un todavía fuera de sí Bermejo diciendo que todo iba a ser una catástrofe cuando municipalizaramos el agua y ahora Valladolid es un referente 5 años más tarde. Invirtiendo casi el doble que durante la privatización, en la cuarta parte de tiempo.

Lo que pagamos por el agua ahora va a inversión para mejorar la red ¿cómo pueden seguir defendiendo que ese dinero es mejor que lo tenga una empresa privada? Al igual que siguen votando en contra de los acuerdos en Nevasa, cuando se demuestra que la gestión pública es más eficiente, cerrando el ejercicio de 2021 con un beneficio de 1.428.000 euros, en tan solo cuatro meses de gestión pública. Ya saben que las estimaciones apuntaban a que la inversión del Ayuntamiento de 4,5 millones de euros para la compra de acciones podría amortizarse en 7 años, pero con las actuales previsiones se recorta ese tiempo a 4 o 5 años.

Si se niegan a reconocer que esta gestión es mejor ¿Se les puede llamar a ustedes defensores de lo público?

Además se hacen un lío: ayer veía un tuit del señor Paramio con unas imágenes preciosas del estado de nuestros parques y zonas verdes, le recomiendo señora del Olmo que se lean entre ustedes.

Voy con Vox: la ley del embudo. Ayer a bombo y platillo anuncian un recorte a sindicatos y patronal de 20 millones de euros para que parte de ese dinero se lo lleve crudo su vicepresidente, sin tener competencias. Además disparan el gasto público en cargos de libre designación: el gasto en asesores en la Junta aumenta un 33% colocando a jefes de prensa exsenadores y familiares suyos.¿Cómo puede usted, señor García hablar de buena gestión si cuando tocan poder recortan en derechos para incrementar sus sueldos y cargos para el partido? ¿Por qué los sindicatos y la patronal no pero sus carguitos sí? ¿Cómo se atreven ustedes a hablar de chiringuitos?

Y cómo vimos el otro día, si no les cuadra en su ideario: les dimiten. Fomentan el individualismo frente a lo organizado, por eso van a por los sindicatos, a por la patronal y ahora también a por las organizaciones agrarias. Hacen suya la máxima divide y vencerás, para conseguir sacar rédito.

Pero su incipiente gestión les delata. el ejemplo de Siro es perfecto. Cuando tienen que resolver problemas no saben hacerlo, ni siquiera cuando está en juego el pan de 1500 familias. Solamente palabrería vacía, mientras el gobierno central ponía vías de solución al problema ustedes estaban luchando contra el comunismo. Qué nivel…

Entiendo que la oposición tenga que oponerse, criticar pero tras lo dicho hoy aquí y repetido como un mantra, en Valladolid ustedes no son alternativa.

Pero veámoslo repasando las propuestas que han realizado durante este año. Para ver si con su gestión todo cambiaría. Les recuerdo que votaron en contra de todo el presupuesto municipal, el más grande de la historia: 383 millones de euros. Todo este año también les ha parecido mal, pero a la vez sus propuestas son tan escasas y enjutas que nadie las conoce. Repasemos algunas!

Por comenzar con uno de sus fetiches: ante la Zona de Bajas Emisiones proponen un fraude de ley que supone una reducción de las emisiones del 0.005%. ¡Dos calles ya peatonales! En Movilidad: que se cambie el modelo, en contra de los 30km\h, que no se haga el plan de movilidad… que no, que no y que no. Política personal: ante la consolidación puestos de trabajo, no lo apoyan, como en Aquavall.

En cuanto a política de derechos: ni una sola propuesta. En contra del parque de vivienda de alquiler social que ha permitido pasar de 12 a 200. En contra de haber doblado el presupuesto en acción social desde 2015, casi 36 millones de euros. En contra, por supuesto, de los programas de educación que ha crecido este año en 16,75%. También en contra por supuesto del plan municipal de inserción laboral para mujeres víctimas de violencia de género que se ha incrementado un 28 % este año.

Sobre la integración. Propuesta: pararla. Soterramiento: propuesta: hacerlo, pero no saben cómo ni con qué dinero. Sobre Switch. El otro día se abstuvieron en la comisión de urbanismo y en el pleno. No son capaces ni de apoyar la modificación del pgou para facilitar la implantación de la empresa.

Sobre la Fundación Municipal de Deportes, hace unos meses proponían reducir un total de 2 millones, si fuera por ustedes hoy no habría ni piscinas abiertas… Alfoz: funcionamos con 160.000 euros, de los cuales 50.000 ponemos el ayuntamiento, y no son ni capaces de reclamárselo a la junta.

Cómo queda demostrado: su modelo de ciudad es el del no por el no, sin ofrecer alternativas. Pero nosotros y nosotras vamos a seguir trabajando. Y es que miren, cuando llegamos a este Ayuntamiento, desde VTLP teníamos 10 objetivos, y aunque nos quede mucho trabajo por hacer estamos viendo cómo se van cumpliendo:
– Apertura del Ayuntamiento.
– Transparencia.
– Participación.
– Intervenciones de pequeña escala para mejorar la ciudad.
– Nueva cultura de lo público.
– Indiscutible prioridad social.
– Apuesta clara por la juventud y la infancia.
– Cambio prioridades inversión.
– Una ciudad Culturalmente viva.
– A la altura del reto de la Sostenibilidad urbana.

Termino, en esta edición de la feria del libro realizada en la plaza mayor, como avanzamos antes de entrar a gobernar, he adquirido un libro de Isaac Rosa, Lugar Seguro. En un momento en el que la ficción sobre el futuro se ha vuelto distópica, adueñándose del discurso del miedo, el autor pone en jaque los argumentos que utilizamos para sentirnos mejor frente a la incertidumbre actual. Y es que sabemos que los discursos catastrofistas atraen.

De hecho, a eso parece reducirse hoy la oposición en Valladolid. Por favor, si alguien tiene el teléfono de la Pilar del Olmo de 2019, que me lo pase. Porque era una portavoz mucho más razonable, dispuesta al diálogo, al entendimiento, a trabajar juntos por Valladolid. No creo que le lleve a muy buen camino este seguidismo de la estrategia de Vox, de esta gente que dinamita el diálogo social del que tanto presumieron los gobiernos de Herrera de los que usted formaba parte.

Creo que la ciudadanía no necesita una política catastrofista, sino una que dé certezas. En eso procuramos estar desde este gobierno local en los últimos 7 años, con nuestros aciertos y nuestros errores, pero siempre con el empeño de no dejarnos a nadie en el camino. Como antes mencionaba, aludiendo al libro de Isaac Rosa, en tiempos de zozobra necesitamos nuestro lugar seguro. El reto es conseguir que ese lugar seguro que nos aporte certidumbre sea colectivo, sea común, sea nuestra propia ciudad. Que nuestro lugar seguro, cómodo, amable, sea Valladolid.