Nuestra concejala de Medio Ambiente y presidenta del consejo de Administración de Aquavall, María Sanchez, ha hecho balance de los primeros 5 años de gestión pública del agua en Valladolid. 5 años invirtiendo en mejorar la red y el servicio los beneficios millonarios que se embolsaba la empresa privada, con 50 millones licitados durante este periodo, manteniendo la plantilla, congelando las tarifas y creando bonos sociales para familias con menos recursos o de apoyo a empresas durante la pandemia.
La gestión pública del agua en Valladolid es un referente y un modelo que están siguiendo pequeños y grandes municipios de nuestro país. Las presiones durante el proceso han sido enormes, acumulando hasta doce sentencias favorables tras los ataques del lobby privado del agua. Incluso la Abogacía General del Estado se personó para recurrir la decisión, con el Partido Popular y Mariano Rajoy en la presidencia del Gobierno.
Pero los datos son incontestables. Mientras durante los 20 años de privatización del servicio tan solo se invirtieron 27 millones, en estos 5 primero años de la empresa municipal Aquavall se han licitado inversiones en la mejora del servicio por valor de 50 millones, adjudicadas por importe de 46 millones, de los cuales se han ejecutado ya 34,1 millones.
Se trata de unas cifras que suponen un incremento exponencial respecto a la etapa de gestión privada, acumulando un deficit inversor en los 20 años anteriores estimado en 96,7 millones de euros. “Una de las prioridades en la gestión ha sido la renovación de redes tras años de abandono. Hemos visto las consecuencias con algunas averías que se han tratado de resolver siempre con la máxima celeridad”, ha apuntado María Sánchez, quien ha insistido en que esta línea de trabajo se mantendrá para cumplir con los planes recogidos dentro del Plan Director.
Tres de cada cuatro euros invertidos hasta ahora se han destinado a la renovación y mejora de las redes de saneamiento y suministro de agua potable, que han permitido intervenir en casi 95 kilómetros de conducciones, de los cuales 57 kilómetros se han realizado con tecnología sin zanja, un sistema que permite minimizar las molestias sobre la ciudadanía propias de las obras.
Además de las redes, las instalaciones de potabilización y depuración han recibido una inyección de 7,3 millones de euros dirigidas a su modernización, mejora de la calidad del agua que llega a los hogares, sustitución de los equipamientos obsoletos y avance en la eficiencia energética.
A ello hay que sumar cerca de otro millón de euros más en otras inversiones como la renovación de la flota de vehículos de Aquavall con una apuesta por camiones y furgonetas eléctricas, de acuerdo con los compromisos medioambientales.
Tarifas congeladas
Todas estas inversiones se han realizado sin modificar las tarifas en estos cinco años de gestión pública, lo que sitúa a Valladolid entre las ciudades con el agua más barata de España. A lo que hay que añadir la aplicación de nuevas líneas de bonificaciones dirigidas a las personas más desfavorecidas.
“La gestión económica ha sido muy acertada, lo que nos permite abordar el futuro con optimismo a pesar de la situación macroeconómica complicada, con el encarecimiento mundial de los precios de la energía”, ha apuntado Sánchez. En este sentido, ha mostrado la voluntad de mantener las tarifas actuales en 2023 sin repercutirlo en los ciudadanos, si bien la decisión final se tendrá que tomar a finales de año en el momento de la elaboración de los presupuestos y dependerá de la evolución de la economía. “Esto lo podemos hacer gracias a la gestión pública, donde situamos a las personas por delante de la cuenta de resultados”, ha manifestado.
“Cinco años después de asumir la gestión después podemos decir que en Valladolid no se ha cortado el agua a ninguna familia que haya tenido problemas económicos”, ha destacado también la presidenta del Consejo de Administración de Aquavall.
Entidad socialmente responsable
Además de la gestión económica, otro de los pilares del trabajo de Aquavall durante esta etapa ha sido la vinculación estrecha con la sociedad vallisoletana dentro de un amplio programa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que ha puesto énfasis en fomentar el consumo responsable de agua, el fomento de hábitos saludables, el compromiso con el respeto del medio ambiente y la colaboración con eventos culturales, deportivos y distintas causas sociales.
En la nueva etapa de gestión pública también se ha reforzado la atención a la ciudadanía, con la ampliación de los horarios de oficina, la puesta en marcha de una oficina virtual para realizar las principales gestiones desde el ordenador o desde un teléfono móvil y se ha reforzado la atención telefónica.
El compromiso de la entidad pública por las personas, la información, la concienciación y la educación, y la transparencia ha hecho que Aquavall disponga de páginas webs accesibles, código ético, plan de igualdad y protocolo de acoso y de memorias de sostenibilidad auditadas externamente y publicado en Pacto Mundial.