Sin entrar a cuestionar ahora ni la calidad ni el interés de la imagen de la ciudad tanto del centro urbano como de sus barrios, Valladolid Toma la Palabra se ha dirigido este sábado 4 de abril de 2015 al Ayuntamiento para pedir un mayor cuidado en el detalle de esa imagen, haciendo énfasis en la necesidad de velar con mayor celo por lo que se tiene y recordando que es precisamente en los detalles donde se pone en juego la cortesía de la ciudad con sus habitantes y sus visitantes.
Así, si se presenta un edificio como imagen representativa de la arquitectura moderna de la ciudad, como es el caso del Museo de la Ciencia, debe cuidarse su aspecto y evitar que ofrezca algunos de sus paños blancos de fachada hacia la Avenida de Salamanca notablemente manchados.
Si se levanta un grupo de mástiles y banderas de las provincias de Castilla y León en una composición en el eje de la prolongación del Paseo de Zorrilla frente al antiguo Matadero, hay que evitar que las citadas banderas estén hechas jirones y ofrezcan un aspecto lamentable (sucio, roto) que parece denotar un claro desinterés por tal representación.
Y lo mismo puede decirse de algunos relojes públicos propiedad del Ayuntamiento, que están parados (como el del Mercado del Campillo) y dan impresión de desidia. O que se eternicen algunos andamios en las calles, presentando un aspecto de abandono (un ejemplo: antiguo Lucense) o incluso notablemente insalubre (otro ejemplo: Dos de Mayo).
O que el edificio que saluda desde lo alto en el acceso a la ciudad desde el oeste sea el viejísimo chalet inacabado de Parquesol, dando una triste sensación de impotencia en la gestión urbanística. Y qué decir de la imagen deplorable que ofrece el edificio que también saluda a quienes acceden a la Rondilla desde el centro de la ciudad (el antiguo colegio de San Juan de la Cruz).
O que desde el propio Ayuntamiento se sugiera (como se hizo público en la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones) acceder a parcelas públicas valladas en Los Santos Pilarica, sorteando esos mismos cierres, para utilizarlas como si fuesen “zonas de esparcimiento canino”. Es signo de una llamativa irresponsabilidad en los aspectos de seguridad y salubridad, pero también ofrece una imagen descuidada y desconsiderada.
Y así podrían seguirse recogiendo ejemplos de esa imagen poco cuidadosa que presenta la ciudad, con numerosos detalles de cierto abandono o descuido, un tanto desasosegantes. Valladolid Toma La Palabra apuesta por llevar a cabo un rastreo permanente de cada calle de la ciudad, tomando nota de esos aspectos e intentando, en lo posible, resolverlos.