Artículo publicado el 8 de mayo de 2017 en El Norte de Castilla
Me gusta pasear por las calles de mi barrio. A veces, lo hago de manera un tanto acelerada porque el tiempo no da demasiado de sí, pero siempre con sensaciones agradables. Encuentro espacios reconocibles y gente cercana. Lugares comunes, compartidos con aquellos que forman y han formado parte de lo que soy. Momentos de agradable conversación en cualquier esquina, a la entrada de un portal, en un bar ‘de los de toda la vida’ o esperando el turno en un pequeño comercio.
“¿Quién da la vez?”, se escucha, casi como una contraseña, cuando alguien entra en la tienda. Y un nuevo vecino o vecina se incorpora a la conversación que desde hace rato se mantiene, a la espera de la llegada del turno para comprar el pan, algo de fruta, unos filetes, unas bombillas, un bote de champú, unas telas para las cortinas del salón o unas zapatillas de deporte para el niño (otra vez ha vuelto a dejarlas pequeñas). En el barrio puede encontrarse casi todo lo que se necesita.
Y me dice el tendero que no es fácil levantar cada mañana la persiana. Que los hábitos de consumo han ido cambiando. Que la competencia es dura. Que la crisis económica golpea muy fuerte, por mucho que algunos (los que nunca la sufrieron) se empeñen en decir que ya pasó lo peor.
Las empresas que constituyen el pequeño comercio de proximidad de Valladolid juegan un imprescindible papel urbano, social, económico y laboral. Aportan elementos esenciales para el desarrollo sostenible y racional de la ciudad. Una ciudad compacta y equilibrada que no deja a ningún barrio ni a ningún ciudadano en el camino. Una ciudad viva, con dinamismo social y cultural. Una ciudad segura, con gente compartiendo vivencias en sus calles bien iluminadas. Una ciudad, por supuesto, en la que la gente pueda ganarse honradamente la vida y no tenga que huir en busca de empleo.
Hay que seguir apostando por el futuro de nuestro pequeño comercio de proximidad y profundizar en el buen camino emprendido junto a los propios comerciantes y a las asociaciones que los representan. Una apuesta por el futuro de una ciudad que nace en cada barrio.
Alberto Bustos
Concejal de Deportes, Juventud y Participación Ciudadana por Valladolid Toma la Palabra