Hay cosas que deseamos tener que usar lo menos posible, pero que conviene tener a mano. Un extintor, por ejemplo, o el seguro del coche. Ojalá no suframos nunca un accidente ni un incendio pero, por si acaso, prevenimos. Lo mismo ocurre con los centros de salud: mejor tener que pisarlos lo menos posible, pero más nos vale tener uno siempre bien cerca. Y desde hace ya año y medio Delicias, el barrio más populoso de la ciudad, dejó de tener atención de proximidad.
Aunque no nos guste acudir a los espacios sanitarios, quien más, quien menos, habrá pasado unas cuantas veces por la calle Trabajo a hacerse una radiografía o a que le viera un especialista. Formaba parte de la cotidianeidad del barrio desde hace muchísimo tiempo. No sé cuántas tardes pasé de niña en la casa de mis abuelos en la Calle Menorca mientras mi madre iba a trabajar allí. Es un absoluto despropósito que la Junta de Castilla y León haya decidido prescindir de él y obligue a 60.000 personas, con una media de edad cada vez más alta, a tener que desplazarse hasta Arturo Eyries, Rondilla o Pilarica.
Mientras esto ocurre, algunos partidos compiten en sus programas por ver quién promete la mayor rebaja fiscal, diciendo que “el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. Al parecer, la solución no es mejorar los servicios públicos que pagamos con nuestros impuestos, sino que la gente se conforme con que estén hechos unos zorros a cambio de, supuestamente, pagar menos. Y digo supuestamente porque, en la práctica, esa rebaja nunca alcanza a quienes menos renta tienen sino precisamente a quienes deberían pagar más. El Barómetro Fiscal del CIS del pasado mes de octubre y otras muchas encuestas indican que la gente, mayoritariamente, estaría dispuesta a pagar incluso más impuestos si eso realmente mejorara los servicios públicos. El problema es, como se refleja en dicho estudio, que la mayoría tenemos la sensación de que los impuestos no se cobran de forma justa, pagando más quien más tiene (así opina el 87,6%). Y, sobre todo, que ese dinero no va a las cosas que realmente necesitamos (el 64,6% piensa que no se invierte lo suficiente en sanidad, por ejemplo).
Por esa sensación de injusticia, muchas personas del barrio han comenzado a movilizarse para exigir que se reabra el Centro de Especialidades de la calle Trabajo. Reivindicación que ya apoyó el Pleno del Ayuntamiento, a iniciativa de Valladolid Toma la Palabra, pero ante la que la Junta por el momento hace oídos sordos. Por eso le pido que, si esto que ha leído le parece razonable, preste atención a los carteles que aparezcan en las paredes del barrio llamando a nuevas movilizaciones, porque solo uniendo nuestras voces conseguiremos que se nos escuche y dejen de escamotearnos el dinero público para lo que nos es realmente imprescindible.