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DOS AÑOS PARA CONSOLIDAR UN NUEVO MODELO DE CIUDAD: CRÓNICA DE LA ASAMBLEA DEL 15J

Más de 30 grados a la sombra. Asfalto casi hirviendo. Un calor sofocante. No, no son los ingredientes de una crónica sobre la ola de calor, sino el escenario con el que nos tocó capear el pasado jueves 15 para celebrar nuestra asamblea anual de valoración de los 2 primeros años de presencia en el equipo de gobierno. Seguro que hubiera sido más confortable celebrar nuestra asamblea a cubierto, en un local refrigerado, pero preferimos mantener nuestra identidad y trabajar juntos donde todo arrancó: en la plaza, en la calle, en el espacio público convertido en ágora de diálogo y debate sobre la ciudad en la ciudad.

Y pese a un calor que hacía empastarse a las ideas, el pasado jueves celebramos un nuevo encuentro de Valladolid Toma La Palabra, una asamblea de trabajo en la que, además de valorar los logros de estos dos primeros años de gobierno, también pudimos dibujar los retos que todavía tenemos por delante para consolidar un nuevo modelo de ciudad. Repasamos junto al grupo municipal los principales hitos de estos dos últimos años y después nos dividimos en pequeños grupos para abordar de forma temática áreas como urbanismo, medio ambiente, derechos, cultura, economía o participación ciudadana.

También recogimos los principales retos pendientes, el listado de asuntos que planteamos trabajar durante los próximos dos años de legislatura. Desde la forma de abordar la permeabilización de la vía, esa herida que sigue marcando a esta ciudad a diferentes niveles, a la revisión de las ordenanzas fiscales para que sean más progresivas; desde las fórmulas para asegurar una participación de calidad por parte de los jóvenes en la vida urbana hasta la orientación de las políticas culturales en las que tengan una decidida impronta los creadores locales. Y lo hicimos como hemos venido trabajando desde nuestros inicios como plataforma ciudadana: desde la palabra y la deliberación, desde el enfrentar opiniones y miradas para hacer emerger los consensos y la visión común.

Han sido dos años intensos, plagados de cambios que están haciendo de Valladolid una ciudad más amable, más vivible. Dos años en los que el Ayuntamiento ha abierto sus puertas de par en par: además de un hermoso gesto, es una imagen de un cambio de actitud bien visible en el día a día de la ciudad. Pero también han sido dos años en los que nos hemos enfrentado a barreras durísimas, en los que hemos chocado con el muro de una institución exasperantemente lenta, en los que vamos aprendiendo cuáles son los resortes que desde la administración hay que tocar para mejorar de verdad la vida de las personas. Nos quedan muchos compromisos por cumplir y otros dos años para lograrlo. ¡Seguimos!