“El invierno y la crisis de los refugiados”, artículo de Rosalba Fonteriz

Artículo publicado en el mes de diciembre en Delicias al Día

Dentro de pocas fechas se cumplirá el sexto año de guerra civil en Siria. Más de 300.000 muertos, de los cuales la mitad son civiles, y casi cinco millones de refugiados dan idea de su crueldad.

A nadie nos son ajenas las imágenes de cuerpos inertes en las arenas de las playas, ni las terroríficas escenas de destrucción de Alepo, una ciudad cosmopolita, principal centro económico del país, con una importante vida cultural y cuya ciudad antigua fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986.

La crisis de refugiados sirios es sin duda una de las más importantes desde la segunda guerra mundial. Cientos de miles de personas se hacinan en campos de refugiados en distintos países: Líbano, Jordania, Irak, Turquía y Egipto. En la actualidad hay casi tres millones en Turquía y un millón en Líbano, que posee el segundo campo de refugiados más grande del mundo.

Miles de estos refugiados han atravesado el Mediterráneo tratando de llegar a Europa huyendo de los horrores de la guerra. Muchos han encontrado la muerte en el mar, unos 4.000 durante 2016, muchos de ellos niños. Los que finalmente consiguieron arribar con vida a las costas de Grecia no han encontrado una Europa que los haya recibido con los brazos abiertos reconociendo su estatus y sus derechos como refugiados. En lugar de ello, han sido desplazados de un lugar a otro como trastos viejos que nadie quiere y solo son un problema. Estos días hemos sido testigos de cientos de refugiados a punto de morir de frío debido a las bajísimas temperaturas de la ola de frío que nos acompaña. Sin techo, cubiertos con prendas que apenas los protegen, durmiendo en simples tiendas de campaña; haciendo cola entre la nieve para conseguir un poco de comida.

Unas imágenes que deben avergonzarnos, como todo lo referente a esta crisis, inhumana, a la puerta de nuestras casas, de los países más ricos de la eurozona.

Que frágil es la memoria. Hace tan sólo 60 años los habitantes de los países ricos que hoy rechazan solventar su situación vagaban también entre los escombros de una Europa rota. Y en aquella ocasión muchos encontraron un nuevo hogar y una nueva vida en países que los acogieron.

Debemos reflexionar si es esta la Europa y la sociedad que queremos. La Unión europea, con una población superior a 500 millones de personas, tan sólo ha ofrecido unas 100.000 plazas para acoger refugiados lo que constituye aproximadamente un 2% de las necesarias.

La crisis de los refugiados requiere una solución rápida y eficaz. Miles de personas con su vida rota, que han perdido sus casas, sus trabajos a miembros de sus familias, lo han perdido todo, vagan sin destino y ya sin esperanza por reanudar una nueva vida.

La solución es tan sólo una cuestión de voluntad política. Y nuestra responsabilidad es exigir a nuestros gobernantes que lo hagan ya. Nuestros votos han decidido quiénes nos representan y a ellos debemos pedirles responsabilidades.

 

Rosalba Fonteriz
Concejala de Valladolid Toma la Palabra