Ideas o creencias: la realidad en las políticas de género

 
Políticas de género web
Cuando hablamos de feminismo, hay quienes defienden que apenas hemos avanzado y quienes, por el contrario, sostienen que la igualdad entre mujeres y hombres es un hecho. Seguramente nos venga bien recurrir a aquella máxima orteguiana que decía que «este es un país de creencias y no de ideas». El filósofo consideraba que las creencias son las que conforman con escasa fortuna eso que llamamos ‘realidad’, mientras que las ideas, precisamente porque no creemos en ellas, son pensamientos que debemos elaborar. Vamos, que habría un discurso mundano en el que nos movemos y vivimos, y un alegato consciente por construir para que aquel vacile y, llegado el caso, se desmorone.

 

Y es que, entre quienes ven escasos los logros alcanzados y quienes consideran ya caduco el debate por la igualdad, seguramente haya imaginarios de ‘realidad’ comunes. No hace tanto, cuando se hablaba de igualdad, ni siquiera le acompañaba la coletilla ‘de género’: se entendía como modelo universal lo masculino y se puso el acento en incorporar a las mujeres a espacios y dominios tradicionalmente masculinos desde la educación, el trabajo o, por qué no, la política. Después se cayó en la cuenta de que quizá mujeres y hombres tuvieran visiones y aportaciones específicas a cada una de esas esferas, con lo que aquello del modelo universal empezó a quedar estrecho y se reivindicó la valoración de una diversidad de enfoques.

 

Ni con esa igualdad de oportunidades que perseguía equiparar los hechos a los derechos, ni con acciones específicas orientadas a impulsar a las mujeres en determinados ámbitos, se han conseguido articular políticas efectivas que atiendan a las necesidades prácticas y a los intereses estratégicos de las mujeres. Porque ¿de qué sirve favorecer la incorporación de las mujeres a las esferas públicas -la formación o el empleo, claves para su autonomía personal-, si los trabajos de cuidados que sustentan nuestras vidas -históricamente feminizados e invisibilizados por la matriz económica- siguen sin tener ningún reconocimiento social y lastran finalmente proyectos de vida independientes?

 

Hace veinte años empezó a colarse en papeles oficiales una jerga que, aún hoy, resulta extraña, síntoma de que o no acabamos ni siquiera de creérnosla o de que no encontramos las fórmulas adecuadas para transformar en ideas esas creencias. Que si el patriarcado, que si el empoderamiento, que si la transversalidad  de género en políticas públicas (para tú a alguien por la calle y que te explique en una frase alguno de estos términos…), todo para concluir que vivimos en una sociedad desigual que se manifiesta tanto en las formas de hacer como en las propias estructuras (políticas, económicas, culturales, sociales) y que mientras no seamos capaces de transformar esas relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres será difícil, por no decir imposible, alcanzar el acceso equitativo a todos los recursos y oportunidades que la sociedad nos brinda.

 

Por eso desde Valladolid Toma la Palabra apostamos por reorganizar, mejorar, desarrollar y evaluar las políticas municipales de modo que la perspectiva de género se incorpore en todas las etapas y niveles de la acción pública. Para ello tendremos que reflexionar, entre otras cosas, sobre el destino del presupuesto municipal o sobre el impacto de género de cualquier acción de gobierno. ¿Somos conscientes de lo inclusivo o excluyente que puede ser financiar ciertas opciones deportivas en detrimento de dotaciones culturales? ¿Es lo mismo urbanizar una calle pensando en la iluminación o los puntos ciegos de visibilidad a ciertas horas del día? ¿Contemplan las herramientas de participación horarios y fórmulas compatibles con la vida cotidiana? ¿Las políticas municipales de empleo tienen en cuenta la existencia de trabajos que la economía ignora?

 

Las mujeres pueden ser atletas o dedicarse a escribir y la tarea de un Ayuntamiento es facilitar el acceso a los recursos necesarios para canalizar sus inquietudes, garantizar su autonomía y libertad a la hora de moverse y vivir la ciudad, fomentar su participación activa en la política municipal y generar las condiciones para que sus proyectos profesionales sean compatibles con sus quehaceres vitales. Porque, contradiciendo al filósofo, queremos que sean nuestras ideas, y no nuestras creencias, las que determinen nuestra realidad.

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Mesa redonda sobre políticas municipales en clave de género

Miércoles 6 de mayo a las 19:00 en el Ateneo Republicano

María Sánchez (candidata n.º2 de Valladolid Toma La Palabra) debatirá mañana con representantes de otras candidaturas municipales. Organiza: Foro Feminista – más información