La candidatura de Valladolid Toma La Palabra firma un Código Ético que seguirá limitando sus salarios

 

  • La pasada legislatura los cuatro representantes en el Ayuntamiento donaron 200.000 euros a la Plataforma

Los candidatos y candidatas de Valladolid Toma la Palabra se han comprometido este domingo con una firma presencial a cumplir en su integridad el exigente Código Ético aprobado por la Asamblea de la plataforma meses antes de las elecciones, con anterioridad a la elección mediante primarias abiertas de la candidatura. En el mismo se recogen aspectos como la limitación salarial o de número de cargos que se pueden acumular, la obligatoriedad de someter a consulta los acuerdos postelectorales y una serie de compromisos contra la corrupción, los privilegios y profesionalización de la política.

Con este código se pretende contribuir a reducir la “enorme brecha actual entre la sociedad y sus gobernantes”, fruto de la cual surgieron iniciativas ciudadanas municipalistas en distintas ciudades, que alcanzaron la alcaldía en lugares como Madrid, Barcelona, Zaragoza o A Coruña, y que en Valladolid supuso la entrada al gobierno de Valladolid Toma la Palabra. Su voluntad es servir como “el acuerdo entre la ciudadanía y sus representantes, que permitan seguir reescribiendo colectivamente las reglas del juego en el ámbito municipal” y “generar confianza y transparencia en la relación entre los cargos públicos, Plataforma y ciudadanía”, mediante el establecimiento de los mecanismos de control y limitaciones necesarios para asegurarlo.

Así, toda persona que ostente un cargo con dedicación exclusiva, cobrará lo mismo que en su anterior dedicación, con un límite mínimo de 2,75 Salarios Mínimos Interprofesionales y un límite máximo de 4 SMIs. Se busca así garantizar un salario digno, acorde a la responsabilidad, pero que no resulte excesivo. El resto, se donará a la plataforma para su funcionamiento o para destinarlo a causas sociales. De ese modo, entre 2015 y 2019, los actuales concejales han donado unos 200.000 euros, que han permitido,  entre otras cosas, sufragar la actual campaña sin necesidad de acudir a créditos bancarios.

Del mismo modo, tampoco se podrá acumular más de un cargo público“salvo aquellos que exijan la condición de concejal o concejala para ser desempeñados, como es el caso de los miembros de la Diputación Provincial, o los representantes en fundaciones y sociedades municipales”. No obstante, el compromiso de Toma la Palabra es que los escaños que se obtengan en la institución provincial sean cubiertos por cargos electos del medio rural.

También se regula la obligatoriedad de consultar a toda la ciudadanía inscrita en el censo de Valladolid Toma la Palabra (más de 1.700 personas, hasta la fecha) en caso de que, tras las elecciones, necesitará apoyo de otras fuerzas para gobernar o viceversa, tal y como ya se hizo en 2015 para decidir la entrada en el gobierno municipal.

Durante toda la campaña electoral, Valladolid Toma la Palabra está destacando su fiabilidad por mantener sus principios de apertura, participación y transparencia, frente a otras formaciones “que parecen haberlos dejado aparcados una vez ha pasado cierta moda”. En esa misma línea, un vídeo humorístico hecho público este domingo por la plataforma, destaca que “Manuel Saravia no cambia de chaqueta ni aunque lo intente”, aludiendo con ello al clásico look de americana y camisa que lleva siempre el candidato a la alcaldía.

En el mismo, Saravia acude a una sastrería para intentar “modernizar” su aspecto pero, a pesar de los intentos de su supuesta asesora de imagen que le ofrece indumentarias más atrevidas, el candidato siempre acaba saliendo del probador con su uniforme habitual. Pretende así hacer un guiño autoparódico sobre el inmutable aspecto de Saravia, pero también una alusión a su firmeza en los principios que defiende, que no está reñida con una forma de hacer política amable y dialogante, seña de identidad de Valladolid Toma la Palabra.

**Consulta el Código Ético de Valladolid Toma la Palabra en el siguiente enlace.