Artículo publicado en El Norte de Castilla el 20/11/2018
Las Naciones Unidas declararon todos los 19 de noviembre como el Día Mundial del Retrete para concienciar sobre la crisis mundial de saneamiento y fomentar medidas que la resuelvan. En la actualidad, 4.500 millones de personas no cuentan en sus viviendas con sistemas que eliminen los excrementos de forma segura y 892 millones siguen defecando al aire libre. Esta exposición a las heces humanas tiene consecuencias sobre la salud pública, las condiciones de vida y de trabajo de las personas, la nutrición, la educación y la productividad económica en todo el mundo. La concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Valladolid, María Sánchez, explica que «más de 4.000 kilos al día de residuos como bastones, toallitas, compresas… llegan a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (E. D. A. R.) de Valladolid, lo que supone un coste añadido importante. Hay que recordar también que sin agua no hay vida; debemos aprender a cuidarla y respetarla. Cada gota cuenta, como bien decimos en nuestra campaña de educación ambiental (https://vasitoymacetilla.es/)».
–¿Cómo ve la celebración del Día Mundial del Retrete?
–Creo que es necesario porque a través de las heces humanas se evitan que se propaguen enfermedades mortales. Debemos concienciar a la sociedad para que, en 2030, alcancemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre otros el ODS 6, que tiene como fin hacer llegar el saneamiento a todos los habitantes del planeta, reducir a la mitad las aguas no tratadas y aumentar su reutilización. Uno de los objetivos es conseguir que todo el mundo tenga acceso a un retrete accesible y seguro y que nadie practique la defecación al aire libre para 2030. Si no alcanzamos este objetivo, está en riesgo toda la Agenda de Desarrollo Sostenible. Lamentablemente, a estas alturas, el mundo no parece estar en camino de conseguirlo.
–¿Qué cantidad de residuos como toallitas, bastones, compresas… llegan a la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Valladolid?
–A la E. D. A. R. llegan 110.000 metros cúbicos diarios de agua, lo que se traduce en 110 millones de litros al día. A la planta, cada día, llegan más de 4.000 kilos al día de ese tipo de residuos, lo que significa más de 1,6 millones de kilos anuales.
–¿Qué perjuicios provoca y cuál es el coste de esta negligencia de los usuarios?
–Entre otras cosas, requiere aumentar la frecuencia de limpieza de las rejas de entrada, que sufren atascos constantes, con lo que genera más trabajo en la planta. En cuanto a costes, solamente el directo de gestión de los residuos de Valladolid son 50.000 euros anuales, a los que habría que añadir el coste de personal, el mantenimiento de equipos específicos y las averías. En total, un coste estimado de unos 150.000 euros, cantidad que coincide con los datos de La Agencia Catalana del Agua, que ha estimado ese coste para una ciudad de, aproximadamente, 200.000 habitantes.
–¿Qué diría a los vecinos de Valladolid para concienciarles de no tirar toallitas por el retrete?
–Recordarles que no son papel higiénico, que no se descomponen en el agua y mucho menos a la misma velocidad que la celulosa del papel higiénico. Los profesionales del sector coinciden en que la mayoría de las llamadas que reciben para solucionar problemas de atascos se deben a toallitas húmedas. El coste para las comunidades de vecinos ronda los 120 euros la hora. Por lo general nadie hace las cosas con maldad, pero con algo tan simple como colocar un cubo de basura junto al inodoro probablemente evitaríamos la tentación de ver si la cisterna tiene la capacidad suficiente como para tragarse el chicle a la primera. Nadie es consciente de que cuando arroja desperdicios por el inodoro las consecuencias medioambientales son muy negativas, que no es sólo una toallita, sino que hay miles y millones de personas que piensan que por una no pasa nada y al final sí pasa.
DATOS DESTACABLES
4.500 millones de personas no disponen de retretes en sus viviendas o tienen sistemas de saneamiento deficientes, aproximadamente un 60% de la población mundial.
892 millones de personas defecan al aire libre y no tienen acceso a ningún retrete, es decir, las heces humanas, a gran escala, no se recogen o son tratadas.
En torno a 1.800 millones de habitantes del planeta beben agua no potable que podría estar contaminada por heces.
Un tercio de las escuelas en todo el mundo no proporciona servicios sanitarios, un problema sobre todo para las niñas cuando tienen la menstruación.
900 millones de estudiantes en todo el mundo carecen de instalaciones para lavarse las manos, crítico en la propagación de enfermedades mortales.
El 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas. Estos datos, publicados en informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), muestran la actual crisis mundial del saneamiento
Qué no debe tirarse por el retrete
Toallitas, pañales, compresas, tampones, algodones ni preservativos
Estos son los productos que con mayor frecuencia se vierten y que mayores atascos ocasionan en los sistemas de saneamiento.
Amoníaco y lejía
Sustancias muy contaminantes para el medio ambiente. En el caso de verterlos en el váter, que estén bien diluidos en agua.
Aceite
Se forman bolas de grasa que pueden generar atascos, además a las depuradoras les resulta muy complicado separarlo del agua, por lo que termina siendo vertido en el entorno natural. Todavía es peor cuando el aceite proviene de la automoción.
Cigarros o colillas
No se degradan con facilidad y lo más seguro es que se queden flotando sobre el agua durante un rato largo. Necesitará más de dos descargas de la cadena para que puedan ser perdidos de vista, es decir unos ocho litros fácilmente. Todo ello unido a la cantidad de químicos que libera un cigarro en la red de aguas fecales.
Seres vivos
Que los peces sean un animal acuático no implica que cuando mueran debamos depositarlos en el interior de la taza y tirar de la cadena.
Medicamentos, productos de cosmética y drogas
Todos ellos pueden generar alteraciones en el desarrollo de los organismos vivos que estén en contacto con las aguas en las que sean vertidos, llegando incluso a generar problemas genéticos y disfunción sexual.
Pinturas y otros productos químicos
Lo mejor es depositarlos en un punto limpio, en sus envases originales y a ser posible con su correspondiente tapadera. Los productos químicos por los que están compuestos son altamente contaminantes.
Residuos orgánicos
Para ellos está el cubo de basura. Tubos de papel higiénico desechables Que pese a que aparentemente son biodegradables tardan mucho tiempo en descomponerse.