- Se plantean tres tipos de medidas para desarrollar el apoyo municipal: el asesoramiento a las cooperativas para gestionar los proyectos, la divulgación de esta fórmula residencial y que el Ayuntamiento facilite que estas cooperativas dispongan de suelo
Valladolid toma la palabra ha presentado este martes en rueda de prensa uno de los puntos de su programa municipal, que se refiere al apoyo público al desarrollo de viviendas colaborativas. Manuel Saravia, María Sánchez, Alberto Bustos y Martín Barrientos, que forman parte de la candidatura con la que dicha formación concurrirá a las elecciones municipales, han explicado esta propuesta que a su juicio apuesta por nuevos modelos de vida, de cuidados y de convivencia. La sociedad se ha transformado en los últimos años y las administraciones han de estar atentas para dar respuesta. Con esta iniciativa se pretende cubrir no solo el problema de la soledad, sino prevenirlo.
Se trata de un tipo de vivienda (también denominado co-housing o co-vivienda), diseñada por el grupo de residentes (generalmente constituido como cooperativa), promovida y gestionada como autogestión, y en el que los espacios de uso diario se dividen entre los de los alojamientos privados de cada persona u hogar y los comunitarios del grupo. Estos últimos suelen constituir la parte más destacable del proyecto. Es característico de este sistema que, por el papel protagonista del grupo en el diseño y gestión del ámbito residencial, se promueve un elevado sentimiento de comunidad.
En la mayoría de las co-viviendas se comparte por todo el conjunto una gran cocina y un comedor, servicios de lavandería, espacios infantiles, oficinas, salas de juego o talleres, etc. Suelen valorarse, además de la forma de vida que se promueve, los beneficios económicos y ambientales que este tipo de viviendas comporta. Supone una de las mejores fórmulas de economía social y autogestión que contribuye a impedir la especulación en torno a uno de los derechos fundamentales. Habitualmente se constituyen como cooperativas(en régimen de “cesión de uso”: la propiedad del inmueble es colectiva y está en manos de la cooperativa); pero también puede haber otras fórmulas legales de organizar la tenencia del conjunto residencial de la co-vivienda. De la misma forma, también son variados los grupos que las constituyen. Son frecuentes las viviendas colaborativas de personas mayores (“senior”, vinculado a un envejecimiento activo y atención integral de la dependencia). Pero también hay comunidades de profesionales; grupos de amigos; personas que pretenden una solución residencial más económica, compartiendo instalaciones; grupos “intergeneracionales”; etc.
Hay múltiples ejemplos de co-vivienda; ya que los primeros datan de los años 70 en Dinamarca y países centroeuropeos o americanos (Dinamarca, Alemania, Holanda, Uruguay o Canadá). En España también hay casos que sirven de referencia (tanto por los resultados como por el proceso) en Barcelona, Madrid, Mallorca, Málaga (el primero) y otras ciudades. Pero en general no es fácil llevarlas a cabo, por las dificultades administrativas, jurídicas o financieras, además de los problemas urbanísticos que con frecuencia aparecen. Y aunque obviamente puede aprenderse de otras experiencias, cada caso es un mundo. De hecho es una propuesta que está apoyada desde distintas formaciones políticas. A modo de ejemplo está la proposición presentada por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, relativa a la promoción de la vivienda colaborativa, el pasado 7 de diciembre de 2017.
VTLP plantea tres tipos de medidas para desarrollar el apoyo municipal a este tipo de viviendas. En primer lugar, el asesoramiento a las cooperativas para gestionar los proyectos. Un asesoramiento en todos los frentes, tanto a nivel jurídico como financiero, urbanístico y arquitectónico. Un verdadero sistema de acompañamiento técnico que permita superar las posibles dificultades que suelen presentarse en este tipo de promociones.
La segunda medida tiene que ver con la divulgación de esta fórmula residencial, para que resulte más fácil la formación de grupos de cooperativistas, al presentar públicamente tanto las ventajas de la vivienda colaborativa como el apoyo público con que contarían. Por último, el tema del suelo. El Ayuntamiento facilitará que estas cooperativas dispongan de suelo para sus proyectos. Bien mediante concesiones de suelo dotacional, o mediante la venta o alquiler, en condiciones favorables, de suelos municipales. También podría desarrollarse mediante la rehabilitación de edificios existentes. O incluso podría explorarse la fórmula de que sea el propio Ayuntamiento quien construya, como ya se ha llevado a cabo en alguna comunidad. Algunos emplazamientos podrían ser en La Victoria, Villa de Prado o Delicias.
Habida cuenta de que la normativa no prevé este tipo de viviendas (la “cesión de uso” no está regulada), no son pocas las dificultades existentes hoy por hoy para sacar adelante proyectos. Por lo que también se ha pensado en constituir, como ya se ha hecho en alguna otra comunidad, un foro de debate y análisis para estudiar las diferentes fórmulas y las ventajas de unas y otras, así como las técnicas para avanzar en los proyectos. Analizar la forma jurídica, financiación, convivencia y construcción. O el tipo de cooperativa que más conviene en cada caso. Y plantear en este foro que las viviendas colaborativas son generadoras de empleo (para asistir al grupo). Y que puede favorecerse la construcción de viviendas biosostenibles (Passivhaus), con un diseño energéticamente eficiente y uso de materiales de construcción eficientes.
El apoyo a las viviendas colaborativas se suma al conjunto de medidas planteadas en el programa de VTLP como política de vivienda. Fundamentalmente se trata de concebir la política de vivienda como un derecho, que se recogerá en un nuevo Plan de Vivienda. Se ampliará el Parque público de alquiler social (“viviendas blancas”), con unas 200 viviendas más. Se integrará la gestión de este parque y la de los “alojamientos provisionales”. Se continuarán los trabajos de eliminación de los casos de chabolismo, infravivienda y otras viviendas de necesidad existentes. Se atenderá a las situaciones de hacinamiento y se trabajará desde la administración municipal para evitar desahucios, resolviendo las situaciones de los grandes tenedores de viviendas (entidades financieras, fundamentalmente). Se concluirá la actuación en el 29 de octubre e iniciará la de las Viudas/José Aramburu (esta última vinculada al desarrollo de los suelos de Zambrana). Se intensificará la actuación municipal en el programa de ayudas al alquiler y promoción de la puesta en uso de viviendas vacías denominado Alva. Se desarrollarán los convenios vigentes de colaboración con la Gerencia Regional de Salud y la Universidad.
Se promoverán viviendas jóvenes (en Avda. de Burgos) y se pondrá en marcha el sector de la Florida (con capacidad para 1.500 viviendas de protección). Respecto a la vivienda libre se intentará mantener en números adecuados el desarrollo de nuevas áreas residenciales, para atender a la necesidad “de mejora” sin que conlleve el vaciamiento de otras áreas. Se tendrá al día el estudio de necesidades de vivienda y se controlará el consumo de suelo y el coste del mantenimiento y uso de la ciudad. Se reclamará a la Junta la definición de vivienda vacía (un trámite necesario para incentivar su uso). Y se promoverá una mejor regulación de los apartamentos turísticos, evitando su proliferación indiscriminada.
En Valladolid toma la palabra no nos conformamos con lo que ya está en marcha en política de vivienda. Y consideramos que es necesario, además, promover nuevas alternativas para atender mejor al derecho a la vivienda. Impulsando, por ejemplo, la integración de los cuidados, las tareas domésticas y la ayuda a la dependencia, de manera que trascienda los límites físicos de las diferentes opciones residenciales, e impliquen propuestas de participación activa y de mejoras en los entornos de los barrios y el conjunto de la ciudad.
Enlace de referencia: http://ecohousing.es/red-cohousing/mapa-cohousing-vivienda-colaborativa-en-espana/