- Artículo número 2 de los 13 de la Revista de Valladolid Toma la Palabra, sobre urbanismo
«El urbanismo no tiene buena reputación. Y hay que pensar que con razón. La gente de fuera lo ve como un enorme tinglado, dispuesto para el provecho de los poderosos, para su enriquecimiento. Y más cuando se confunde con la especulación y se relaciona irremediablemente con la corrupción». Así abre Manuel Saravia el libro Urbanismo para náufragos.
Esta cita se ajusta perfectamente a nuestra ciudad: durante los últimos años las políticas urbanísticas en Valladolid han sido sinónimo de obras faraónicas, edificios emblemáticos y barrios «premium» en lugar de respuestas a la emergencia en vivienda, los desahucios, el paro, la despoblación, la desigualdad y la falta de oportunidades. Han sido años de urbanismo a la carta para las promotoras inmobiliarias y de opacidad en la gestión: de hecho, hoy la cúpula del urbanismo de los gobiernos de León de la Riva se enfrenta a penas de cárcel por presuntos delitos de prevaricación, falsedad y tráfico de influencias.
Frente a esta triste herencia reivindicamos un urbanismo de los derechos humanos, pensado para las personas que menos tienen y que dirija sus esfuerzos a construir una ciudad digna de ser vivida por todas y todos, que no abandone a nadie a su suerte, que combata la soledad y la injusticia, que cuide y mejore la ciudad existente a través de la rehabilitación, la vivienda social y la atención a cada colectivo, a cada barrio.
Una ciudad compacta
El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se aprobará en 2017 supondrá un cambio radical en el modelo de ciudad para las décadas venideras. La idea fundamental es la de ciudad compacta: una urbe que no crezca desenfrenadamente, que no se financie a golpe de ladrillo, —construyendo por encima de sus necesidades—, que reduzca el uso de suelo, agua y energía, y que se centre en poblar y mejorar los equipamientos en las zonas consolidadas. Una ciudad contenida y densa es una ciudad que contamina menos, donde el transporte público puede ser eficiente, las infraestructuras resultan más baratas de mantener, los servicios públicos llegan mejor a la población y los espacios comunes se llenan más fácilmente de actividad, de comercio de proximidad, de encuentro.
La receta para el futuro de Valladolid
El PGOU es algo así como una receta para el futuro de Valladolid, y el de Manuel Saravia cuenta con muchos ingredientes: un Plan de Vivienda Social, que ya se ha puesto en marcha con la adquisición inicial de 50 viviendas para que se alquilen a personas con recursos limitados; el desarrollo a largo plazo de un Parque Agroalimentario y Logístico que impulse el sector productivo con mayor potencial de futuro y que nos permita diversificar nuestra industria, tan dependiente del automóvil, crear nuevos puestos de trabajo y poner freno a la despoblación; la creación de grandes recorridos peatonales que vertebren la ciudad y faciliten la movilidad a pie; el desarrollo de barrios ecológicos y la creación de nuevos parques y espacios forestales; la creación de la Ciudad de la Justicia en el centro de Valladolid, donde contribuirá a la revitalización del casco histórico y su pequeño comercio; y, por supuesto, un impulso a la integración del tren que aborde por fin, sin más demoras y excusas, el problema real de falta de permeabilidad entre los barrios a ambos lados de las vías. En definitiva, una receta para una ciudad más social, solidaria y amable.
*Cuatro ideas individuales del urbanismo de Valladolid
El Plan de Rehabilitación se centra en los barrios y áreas más degradadas y olvidadas de Valladolid, como el 29 de octubre y el 4 de marzo.
Se destinarán cinco millones de euros para un Plan de Vivienda social que ampliará el parque de alquiler público.
Hemos abordado el proyecto de integración ferroviaria con rigor y transparencia, buscando opciones realistas y viables para el soterramiento y, tras la cancelación del proyecto por parte de Adif, para una integración que comience a mejorar la permeabilidad entre ambos lados de la vía de forma inmediata.
El nuevo Plan de Obras ha proyectado más de 300 trabajos de renovación y mejora de calles, plazas y mobiliario urbano en aquellos espacios que requerían atención más urgente, buscando un equilibrio y un reparto equitativo de las actuaciones entre todos los barrios.