Yolanda Rodríguez

Yolanda Rodriguez

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Profesión: Especialista universitaria en inmigración.
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Breve pauta biográfica

He vivido en Valladolid toda mi vida, me gusta mi ciudad y me costaría mucho marchar a otros lugares para vivir. Aquí he crecido y desarrollado mi vida, que comparto con una maestra de infantil, con la que me casé hace ya casi siete años, y que provoca mi sonrisa todos los días.

Estudié Derecho; ejercí tareas de información juvenil en el Centro de Información y Servicios al Estudiante (CISSE/Alternativa Universitaria), trabajé en un McDonald’s y de forma más estable, profesionalmente he trabajado en Comisiones Obreras, donde he ejercido tareas muy diversas, en las áreas de juventud, migraciones, cooperación al desarrollo y cooperación sindical interregional, y en el ámbito cultural.

Actualmente sigo trabajando en temas de administración en la Secretaría de Finanzas de CCOO y en temas de gestión cultural, ya que organizo, junto a otras personas, buena parte de las actividades desarrolladas por la Fundación Ateneo Cultural “Jesús Pereda”.

Mi trabajo me ha permitido participar en varias publicaciones colectivas sobre inmigración: ‘Voces escondidas: Realidad socio-económica y laboral de la población inmigrante en Castilla y León’, un artículo titulado ‘La inserción laboral como primer paso para la integración social’, dentro de la publicación ‘La Economía Social como puerta de integración sociolaboral de los inmigrantes’, y ‘Voces escondidas II: Realidad socio-económica y laboral de la población inmigrante en Castilla y León’. También he sido coeditora del libro ‘El sindicalismo en el devenir democrático español’, editado por la Universidad de Valladolid, fruto de unas jornadas del Ateneo Cultural Jesús Pereda.

 

Participación en organizaciones políticas, movimientos sociales, etc.

La Universidad de Valladolid, allá por 1993-94, propició mi primer contacto con la participación asociativa; y mi particular escuela de participación fue Alternativa Universitaria. Como casi siempre se llega a este tipo de cosas, fue la amistad y cierta ingenuidad (nunca imaginas el tiempo que vas a dedicar a estos menesteres) lo que me llevó a integrarme en Alternativa y a ser representante estudiantil en el Claustro de la Universidad durante varios años. Allí aprendí que las risas, el compañerismo, la amistad, el esfuerzo, el sentido común y las ideas claras, sacan adelante proyectos y propuestas, y que siempre todo está por mejorar y por implicar a la gente en su propio destino. Como estudiante de Derecho participé en la Asociación Artículo 20, publicando algunos artículos en la revista, y también con Alternativa intervine en el Boletín Universitario ‘Universidad Abierta’.

Tuve oportunidad de participar en el Consejo Local de la Juventud de Valladolid, llegando a formar parte de varios Secretariados y a ser Presidenta del Consejo, lo que también me facilitó ser miembro del Jurado Joven de la Seminci en 1995.

También he participado intermitentemente como voluntaria en Fundación Triángulo Valladolid, desde hace más de 15 años, y en la actualidad aún sigo en su equipo coordinador, defendiendo los derechos de las personas LGBT, la lucha por la igualdad legal y social de todas las personas independientemente de su orientación e identidad sexual. En este sentido me gustaría destacar mi colaboración en la organización del único Festival de cine LGBT de Castilla y León, CINHOMO.

 

Breve pauta motivacional

Siempre he estado atenta a lo que se ha movido en Valladolid a nivel asociativo y de participación, desde la base, pero también a través de los cauces que establece la administración pública. De hecho, he participado y participo en órganos institucionales y sé cómo funcionan esos cauces que se abren supuestamente a colectivos e individuos para oírlos en las instituciones públicas. Y digo oírlos, ni siquiera escucharlos, porque la administración establece vías de participación social, desde mi punto de vista, carentes de verdadero sentido ciudadano.

Sin embargo, el proyecto en que pretendo colaborar, Valladolid Toma la Palabra, es todo lo contrario, se escucha lo que las personas quieren opinar, se respetan esas opiniones, y se llegan a conclusiones y propuestas compartidas. Este espacio de participación que ha ido construyendo un nutrido grupo de personas de muy diversos ámbitos, y que sigue evolucionando, constituye una plataforma perfecta para encauzar proyectos, inquietudes y sentimientos que mejoren la vida de los ciudadanos y ciudadanas de Valladolid, de todos nosotros y nosotras. En Valladolid Toma la Palabra cuenta y suma cualquier opinión, opiniones que unidas al sentido común y a la defensa de las políticas públicas en materias tan básicas, como la educación, los servicios sociales, la salud, el medio ambiente…, contribuyan a mejorar nuestro entorno más cercano, nuestra ciudad.

Me siento comprometida con lo que me rodea, con la defensa de los derechos individuales, de la igualdad y la libertad, con la defensa de la cultura como vía para alcanzar esos derechos y como derecho en sí mismo y expresión vital. Siento por ello también el deber de intervenir para mejorar ese entorno y por ello he dado el paso para, en la medida de lo posible, contribuir a desarrollar este proyecto, y lograr que aires renovados y preocupados por el bien común sacudan las paredes de nuestro ayuntamiento.