- Durante el debate de la moción de Valladolid Toma la Palabra sobre este asunto, el Pleno acordó aplazar su votación para lograr un acuerdo de consenso de todos los grupos para aprobarlo en el siguiente Pleno.
- La reunión de todos los grupos municipales para buscar esta propuesta de consenso a iniciativa de VTLP será este miércoles a las 13:00.
Nota de prensa
Durante el debate de la moción sobre Salud Mental de Valladolid Toma la Palabra del pasado Pleno, se acordó aplazar su votación para la siguiente sesión con el objetivo de alcanzar un texto de consenso entre todos los grupos municipales en torno a esta materia. Con este objetivo, las concejales Rocío Anguita y Jonathan Racionero han mantenido un encuentro con la Fundación INTRAS y la asociación El Puente para abordar las propuestas que se debatieron en el Pleno y recibir sus aportaciones con el objetivo de lograr este acuerdo con el resto de grupos municipales, con quienes mantendrá una reunión este miércoles.
Ambas entidades han valorado muy positivamente la iniciativa y han analizado tanto la moción inicial como las enmiendas que presentaron en resto de grupos sobre un tema que, pese a no ser una competencia municipal directa, sí está contenido en el Plan Municipal de Salud que se aprobó en la pasada legislatura y que está pendiente de desarrollarse.
Como apuntaba Jonathan Racionero en el Pleno, los datos estadísticos apuntan a que una parte importante de la población de Valladolid está en riesgo de sufrir problemas de ansiedad y depresión por diversos motivos. Además, el suicidio es una importante causa de defunción, sobre todo entre jóvenes. En 2021, en nuestro país, 22 niños menores de 15 años se suicidaron, un 57% más que en 2020. “Estos datos alarmantes reflejan un problema muy importante para el que existen pocos medios y para el que es necesario implementar planes, programas y proyectos más ambiciosos”, sostiene el concejal.
“La salud mental es tradicionalmente la parte más desatendida de la medicina pública, alcanza hoy un carácter casi pandémico, especialmente entre jóvenes y adolescentes, y su tratamiento se ve dificultado por la falta de estrategias concretas o la escasez de una red adecuada de profesionales, como por la estigmatización más o menos velada que arrastran aún los enfermos”, concluye Racionero.
