A dos meses de la implementación de la ZBE, el equipo de gobierno sigue sin concretar medidas efectivas para reducir el ruido en el centro de Valladolid
El Grupo Municipal Valladolid toma la palabra manifiesta una clara preocupación ante la falta de respuestas del equipo de gobierno del ayuntamiento de Valladolid en la gestión de los problemas derivados del ruido en el centro de la ciudad. A pesar de las numerosas quejas de los vecinos y de las reiteradas peticiones para tomar medidas efectivas, el Ayuntamiento sigue sin actuar de manera contundente.
“Los vecinos del centro de la ciudad llevan mucho tiempo quejándose del ruido, necesitamos conocer las medidas concretas que va a llevar la normativa, la Zona de Bajas Emisiones se va a implementar en menos de dos meses y todavía no sabemos qué medidas va a tomar el equipo de gobierno, las vecinas y los vecinos de la zona centro necesitan soluciones urgentes”, critica Jonathan Racionero, concejal de VTLP.
Este retraso no solo refleja la falta de voluntad política, sino también una profunda desconexión con las necesidades de los residentes que claman por una mejora urgente de su calidad de vida.
La reciente aprobación de la Zona de Bajas Emisiones que debería presentarse como una de las grandes soluciones para reducir la contaminación acústica y atmosférica, ha quedado reducida a una mera formalidad. La decisión del equipo de gobierno de limitar la ZBE a una pequeña área, junto con las numerosas exenciones para el paso de vehículos, resta eficacia a una medida que podría haber sido crucial para la salud pública y el bienestar de los vallisoletanos.
«El equipo de gobierno debería estar haciendo mucho más para cumplir con los objetivos comprometidos en términos de sostenibilidad y calidad de vida para los vecinos, la gestión de las Zonas Acústicamente Saturadas y la Zona de Bajas Emisiones son una clara muestra de la inacción y de cómo se priorizan otros intereses por encima del bienestar de las personas», señala el edil Jonathan Racionero.
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid demuestra, una vez más, que no está a la altura de los retos ambientales y de salud pública que enfrenta nuestra ciudad. En lugar de abordar estos problemas con medidas eficaces y decididas, la ciudadanía puede constatar cómo se diluyen las soluciones y se priorizan los intereses particulares.