VTLP denuncia el caos y la pésima gestión de las obras en Valladolid: «Un ejemplo de lo que no se debe hacer»

Los ejemplos del Polígono de Argales y de Arco de Ladrillo reflejan el abandono y la pésima planificación que asfixia a los vecinos y al tráfico de Valladolid 

El Grupo Municipal Valladolid Toma la Palabra denuncia la pésima gestión y coordinación que el Ayuntamiento de Valladolid lleva a cabo con la ejecución de las obras en nuestra ciudad. Del mismo modo, critican la mala ejecución presupuestaria en el área de Tráfico y Movilidad que este año 2025 sufre un recorte del 7,4%, lo que supone más de 4 millones de euros menos. Este recorte repercutirá principalmente en aquellos programas y proyectos relacionados con el mantenimiento de vías públicas donde se pierden 3 millones de euros para la ejecución de obra pública. 

“A pesar de contar con el presupuesto más alto de la historia, el gobierno municipal no ha ejecutado ni el 50% del presupuesto de 2024 para estas obras, lo que refleja una tremenda incapacidad para cumplir con sus propios planes”, afirma Jonathan Racionero, concejal de VTLP, y añade: “es igual que Urbanismo y Vivienda, el otro área relacionado con las obras, que no ha llegado a ejecutar ni el 30% del presupuesto en 2024, dos ejemplos de cómo no gestionar una concejalía”. 

Valladolid Toma la Palabra manifiesta que existen muchos proyectos totalmente estancados y otras muchas decisiones que son un verdadero desastre para la ciudad. El puente de Poniente sigue paralizado desde 2024, y no se espera avance significativo en 2025. El viaducto de Daniel del Olmo, fundamental para las comunicaciones de la ciudad y el transporte público en la zona sur de la ciudad, carece de avances significativos, con escasos recursos presupuestarios asignados únicamente para los estudios preliminares. “En lugar de cumplir sus grandes promesas y proyectos transformadores, el gobierno municipal se ha centrado en eliminar carriles bici y devolver espacios al vehículo privado, incluso en contra de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia”, reprocha Racionero. 

El túnel de Labradores acumula retrasos debido a una total falta de coordinación del actual gobierno municipal. Las obras apenas avanzan en este paso clave para el barrio de las Delicias. El camino viejo de Simancas, cuya ejecución debía finalizar en abril de 2024, sigue en obras en 2025, tras más de diez meses de retrasos, reflejando la ineficacia del concejal Zarandona, que tiene a Valladolid totalmente paralizada. 

El Polígono de Argales enfrenta un evidente abandono por parte del Ayuntamiento. Tras más de dos años de obras, los camiones, obreros, maquinaria, señalizaciones y los constantes cortes y problemas de tráfico se han convertido en parte del paisaje cotidiano. Además, el polígono carece de infraestructuras adecuadas: apenas dispone de transporte público, cuenta con una única estación de BIKI, y se han eliminado los carriles bici previamente ejecutados.

Por último, el mayor de los despropósitos, las obras en Arco de Ladrillo. Unas obras que no han hecho más que empeorar el tráfico, la calidad del aire y el ruido que los vecinos y vecinas tienen que soportar cada día. Este paso sufre de manera continua cortes de tráfico y aglomeraciones de vehículos a uno y otro lado del puente. Esto provoca que los niveles de contaminación y de ruido hayan superado en varias ocasiones los límites máximos establecidos por la Unión Europea y la OMS, poniendo en riesgo la salud de los ciudadanos y ciudadanas de Valladolid.  

Son al menos 25 puntos de la ciudad diarios los que permanecen cortados y en obras, con una alarmante falta de planificación y coordinación previa. “Aquavall, las obras de la red de calor, las áreas de movilidad y urbanismo, todas campan a sus anchas, cada una a lo suyo y no hay nadie que ponga algo de orden en todo este caos”, afirma Racionero, “si alguien creía que era imposible tener una ciudad tan sumamente empantanada, se puede poner a Valladolid como ejemplo de lo que no se debe de hacer nunca a la hora de planificar las obras y el mantenimiento que esta debe de tener”. 

A los concejales de Valladolid Toma la Palabra les preocupa el caos de las obras, los continuos retrasos y las malas decisiones a la hora de elaborar y ejecutar proyectos por parte de este equipo de gobierno, “sus decisiones están afectando gravemente la calidad de vida en la ciudad”, afirman. “El gobierno municipal demuestra cada día una preocupante incapacidad para gestionar los recursos públicos, cumplir promesas y priorizar las necesidades de los ciudadanos”, concluye Jonathan Racionero.