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El lenguaje secreto de las palabras o la política sin miedo

 codigo etico valladolid toma la palabra 1Quizá el mundo esté patas arriba, como dice Galeano. Mientras una compañía se plantea prospecciones en un santuario marino, puede lucir a la vez una envidiable política de responsabilidad social corporativa en su web. También hay empresas que presumen de código ético mientras dan un trato más que dudoso a los derechos laborales.

 

Entonces, ¿qué sentido tiene que Valladolid Toma la Palabra apruebe una serie de principios, compromisos y obligaciones para su candidatura? Pues, precisamente, para eso, para que no nos roben las palabras.

 

«El Bulli» de las palabras o cómo afinar un texto hasta el último detalle

codigo etico valladolid toma la palabra 2Este sábado, cerca de 70 simpatizantes de esta plataforma nos juntamos en Barrio Belén, aunque cualquiera diría que estábamos en los asientos de la mismísima RAE, de tan fino que queríamos hilar con el lenguaje. Y es que, después de años de crisis, una primera ola de desafección política y esta repolitización social que estamos viviendo, caímos en la cuenta de que habíamos interiorizado un discurso con el que tampoco nos identificamos.

 

Porque no sería justo, para quienes llevan años dedicándose a la política de forma honesta y desinteresada, asumir que estamos en un marco de «corrupción generalizada». Y sería un error dejar que se nos cuele «el miedo» por parte de la gente que hemos ido construyendo este espacio, como si no tuviéramos suficiente con la precariedad.

 

Así que, desde primera hora de la mañana quisimos ir puliendo este pacto ciudadano. Queremos que los principios que nos inspiran se traduzcan en una forma efectiva de hacer política y somos conscientes de que la acción de gobierno implica un margen de maniobra que irá más allá de lo que se defina en nuestro programa. No todo se puede regular. Por eso, aunque tenemos claro que este código ha de servir para marcar límites, también queremos que sea una herramienta para generar confianza y sirva de guía a quienes nos representen en su toma de decisiones.

Inteligencia colectiva para un texto redondo

IMG_8567 ed pEn un momento dado, proponíamos una formulación nueva para uno de los puntos del Código que convencía a toda la sala. De repente, alguien levantaba la mano y proponía una salvedad, una mirada distinta que nos hacía replantearnos la certeza a la que habíamos llegado unos segundos antes y volvíamos a reformular la propuesta.

 

Cualquiera podría pensar que eso era improvisación, escasa reflexión, trabajar a golpe de ocurrencia… pero no, todo lo contrario: era ser testigo del funcionamiento rápido y sagaz de la inteligencia colectiva, el control social que 70 cerebros efectúan al trabajar simultáneamente con un objetivo común para mirar las cosas como hay que hacerlo: desde sus múltiples aristas para hacer propuestas que satisfagan a toda la gente.

 

A medida que avanzaba la mañana nos íbamos dando cuenta de que al redactarlo nos habíamos puesto unas gafas demasiado oscuras. Detrás de cada epígrafe se escondía la mala gestión de los recursos públicos, la sospecha de la política como actividad profesional, la falta de transparencia en la toma de decisiones, las puertas giratorias como trasvase natural entre lo público y lo privado… Pero, un momento, ¿de quiénes estábamos hablando?

 

Las mismas personas construyen y defenderán el proyecto

Quienes debatían los matices sobre una enmienda al rato estarían recogiendo avales para presentarse a las primarias. Eran, éramos, somos las mismas personas. Y seguiremos siéndolo después de nuestro paso por la política.

 

Porque nos guía la austeridad en nuestras vidas y la llevaremos a las instituciones, porque los hay en paro, autónomas, con contratos eventuales y cooperativistas que ven en las elecciones una continuidad al trabajo de base que vienen realizando en diferentes colectivos, porque en esos espacios diversos de los que cada cual procede se acostumbra a rendir cuentas, y porque dentro de cuatro años, cuando quienes nos representen en esta legislatura vuelvan a sus quehaceres, sabrán que habrá otras personas que les sigan los pasos con la tranquilidad y la confianza que hoy, a través de este pacto, en ellos y ellas depositamos.