- El 23 de febrero se vivió una situación atmosférica que, según el nuevo Plan de Contaminación, debía acarrear una situación de alerta de contaminación, pero el protocolo no se llevó a cabo al proceder de una causa natural como es el aire africano
El Área de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Valladolid, gestionada por nuestra concejala María Sánchez, ha informado que, según los datos suministrados por la Red de Control de la Contaminación Atmosférica de Valladolid, el día 23 de febrero de 2017, la situación de contaminación atmosférica por partículas ha alcanzado los valores máximos de 94 y 49 microgramos/m3 de PM10 y PM2,5 respectivamente como valor medio diario en la estación de Rubia II.
Los modelos predictivos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente preveían la presencia de masas de aire africano en superficie sobre la Península con concentraciones de polvo en superficie en el rango 10-160 µg/m3 en el centro peninsular.
En el “Plan de Acción en situaciones de alerta por contaminación del aire urbano en Valladolid” (http://bit.ly/2lXww8g), el cual se aprobó definitivamente el 1 de febrero, el valor previsto para la activación de la “situación 3, alerta” es de 80 µg/m3, para el PM10 y 50 µg/m3 para PM2,5 como valor medio diario en más de una estación de medición. Pero estos valores no deben de estar afectados por condiciones locales, como es el caso de la intrusión de masa de aire africano que afecta a la Península esta semana, de origen natural. Esto es muy importante, ya que este Plan de Contaminación se diseñó pensando en contaminación provocada por el hombre, más que por causas naturales.
Es por todo esto que no se activó el Plan de Acción con las consiguientes medidas informativas, de promoción del transporte público y restricción del tráfico. No obstante sí es cierto que se debería haber recordado a la población que tomase las medidas preventivas con el fin de mitigar los efectos que este polvo puede suponer para la salud humana.
El origen natural del episodio y ajeno al tráfico de la ciudad de Valladolid hacían que no se considerasen necesarias las restricciones del tráfico, no obstante, se debería haber emitido una nota de advertencia con las recomendaciones del uso del transporte público o el transporte a pie o en bicicleta, evitando, en la medida de lo posible el uso del automóvil para reducir las emisiones de partículas, así como no realizar esfuerzos físicos y prolongados al aire libre.
Para próximas ocasiones se emitirá una nota avisando del episodio y las recomendaciones necesarias para la población pero se debe insistir que el origen natural del episodio hacen complicadas las restricciones del tráfico, además de resultar insuficiente para que el nivel de partículas disminuya.