- Artículo publicado el mes de enero de 2018 en Delicias al Día
Este es el lema que el pasado sábado 20 de enero ha reunido a varios miles de personas procedentes de todos los puntos de la Comunidad Autónoma en Valladolid. Nos duele porque vemos cómo nuestro sistema de sanidad pública y universal, hace tiempo uno de los más eficaces de nuestro entorno y modelo a seguir por otros países, está sufriendo en los últimos años importantes recortes y privatizaciones.
Desde que en abril de 2012 se aprobara el RD Ley 16/2012, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, hemos asistido a un progresivo deterioro del Sistema Sanitario Público. Desde el año 2010 y hasta el 2014, en Castilla y León ha disminuido el presupuesto de sanidad casi un 10%. De hecho, y de forma generalizada, en los Presupuestos Generales del Estado se destina cada vez una proporción más pequeña del PIB a sanidad.
Esta disminución de la financiación ha conllevado el recorte de prestaciones, de obras nuevas en infraestructuras o reformas y de mantenimientos de edificios (las obras del Hospital Clínico Universitario siguen sin terminar), el cierre de camas y quirófanos y recortes de personal tanto en hospitales como centros de salud y consultorios rurales. Se han incrementado las listas de espera, el personal sanitario sufre sobrecarga de trabajo, lo que da lugar a un descontento generalizado, y además se ha excluido del derecho a la asistencia sanitaria a miles de personas sin que se haya demostrado que suponga ahorro alguno.
Mientras tanto vemos cómo poco a poco se van externalizando cada vez más servicios. En los últimos años, en el Clínico de Valladolid ha ocurrido con el servicio de lavandería, el de archivos (nuestras historias clínicas manejadas por empresas privadas) y parte del servicio de mantenimiento. Y, por si fuera poco, vemos atónitos como florecen las Unidades de Gestión Clínica en nuestros hospitales públicos. Hace poco más de un año escribía en estas páginas sobre la proliferación de estas unidades que, en teoría, supondrían una mejora de la gestión, y una prestación de servicios más eficaz y de mejor calidad, pero que en realidad representan una gestión al margen del hospital, con incentivos económicos a sus profesionales en función de la productividad. En algunos hospitales de otras comunidades autónomas se dan casos de personal de empresas privadas trabajando en hospitales públicos. Es decir, un modelo de gestión de empresa privada.
Todos estos problemas hacen que la percepción que se tiene por parte del usuario del sistema sanitario empeore; de esta forma se desmantela la sanidad pública para hacer más atractiva la opción privada. Porque al final de lo que estamos hablando es de dos modelos opuestos. Por un lado, PP y Ciudadanos defienden un sistema privado o semiprivado, que funcione con objetivos mercantilistas de eficacia y beneficios económicos. Ese modelo que en otros países abandona a los pacientes que no pueden pagar a las puertas de los hospitales (un hecho que ocurre con cierta frecuencia en Estados Unidos, por ejemplo). Un modelo que deja hundirse a los hospitales públicos para ser comprados por corporaciones privadas que luego hacen negocios con los servicios públicos.
Desde el lado opuesto del espectro político, nosotros defendemos una sanidad pública, de calidad y universal. Por supuesto eficaz, pero con una eficacia entendida como una óptima atención a los pacientes con una correcta administración del dinero público.Aunque la sanidad no es una competencia municipal, desde nuestro Grupo Municipal venimos apoyando a lo largo de estos dos años y medio de mandato distintas mociones de poyo a la sanidad pública. Hemos procurado una defensa generalizada del sistema, pero también hemos defendido mociones tendiendo a casos particulares, como la construcción del nuevo Centro de Salud de La Magdalena, el impulso de las obras del Hospital Clínico Universitario, la reapertura del Centro de Especialidades de la calle Trabajo, un nuevo Plan de Acción para la erradicación de la Hepatitis C y, por último, el apoyo institucional a la manifestación del pasado sábado.
Los ciudadanos, muchos agrupados en distintas plataformas en defensa de la Sanidad Pública y muchos a título individual, estamos hartos del estado precario al que se está llevando la asistencia sanitaria debido a la codicia de algunos y por eso decidimos concentrarnos, porque la Sanidad no se vende, se defiende.