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VTLP critica la «destrucción» del entorno de las Moreras por la obra del carril bici de Isabel la Católica, un retroceso en movilidad para Valladolid

Jonathan Racionero critica el desvío del carril bici de Isabel la Católica y acusa al equipo de gobierno de dificultar la movilidad sostenible mientras se apropia de proyectos heredados

Valladolid Toma la Palabra (VTLP) ha expresado su rechazo a la modificación del carril bici de Isabel la Católica, que implica la pérdida de zonas verdes en Las Moreras. Según Jonathan Racionero, concejal de VTLP, el equipo de gobierno liderado por PP y Vox «se pone medallas» por proyectos de movilidad sostenible que en realidad fueron impulsados en el mandato anterior y que están financiados con los fondos europeos conseguidos por el anterior equipo de gobierno. Sin embargo, las únicas iniciativas que ha planteado el equipo de gobierno del ayuntamiento actual desde su llegada suponen retrocesos para Valladolid: destruyen zonas verdes, amplían el espacio para coches y no cumplen los requisitos para obtener fondos europeos.

Racionero declara que el equipo de gobierno no solo no apuesta por la sostenibilidad, sino que “destruye” zonas de uso peatonal en Las Moreras. “Estamos asombrados ante las mentiras del alcalde y del concejal de movilidad cuando hablan de la creación de carriles bici en su legislatura”, asegura. La realidad, añade, es que las actuaciones recientes sobre movilidad sostenible en la ciudad son proyectos que el anterior equipo de gobierno dejó preparados y que se están financiando con los fondos europeos logrados en el anterior mandato.

Además, subraya que los únicos dos proyectos realmente impulsados por el actual equipo de gobierno “no pueden recibir fondos europeos porque no cumplen con los principios de sostenibilidad; al contrario, suponen un retroceso para Valladolid”. Según Racionero, estas decisiones no solo afectan a la vida de los vecinos, sino que también suponen un gasto innecesario para las arcas públicas municipales.

VTLP llama al equipo de gobierno a reconsiderar sus propias políticas que, lejos de avanzar hacia una movilidad sostenible, están perjudicando el entorno urbano y la calidad de vida de la ciudadanía.