- Fundación Entretantos, Universidad y Ayuntamiento ya trabajan con dos docenas de agentes interesados en trabajar por un cambio de modelo que impulse la sostenibilidad de los flujos alimentarios
Objetivo: un modelo alimentario más sano, más justo y sostenible en Valladolid. Este jueves ha tenido lugar la primera reunión del grupo de trabajo para la redacción de la estrategia agroalimentaria de Valladolid, tan solo el arranque para construir, de forma participativa, un plan de trabajo para impulsar la sostenibilidad de los flujos alimentarios en Valladolid y su área de influencia. Un grupo que ha quedado formado por entidades, colectivos, redes de consumo, productores, Universidad, Ayuntamiento y hasta un total de dos docenas de participantes muy implicados en la mejora y sostenibilidad de los flujos alimentarios de nuestra ciudad.
¿Y por qué esta estrategia alimentaria en Valladolid? Pues en primer lugar, para generar una reflexión social sobre la forma en la que nos alimentamos, los cambios habidos en las últimas décadas y los efectos que nuestra alimentación están provocando en nuestro entorno.
En efecto, el 30% de los gases de efecto invernadero proceden de la cadena alimentaria; los alimentos recorren miles de kilómetros para llegar a nuestra mesa mientras que las huertas tradicionales de Valladolid van desapareciendo bajo el hormigón; miles de agricultores y ganaderos de cercanía que pierden su empleo, comercio local que languidece frente a la irrupción de un sistema de distribución alimentario globalizado, homogeneizado, de forma que nuestra alimentación queda cada vez concentrado en menos manos; Comida que está asociada a nuevos desórdenes alimentarios (alergias, obesidad, etc.) que se ceban además en los sectores sociales más desfavorecidos. Motivos más que suficientes para reflexionar y coordinar esfuerzos para, desde el ámbito local, intentar reducir esos impactos desde la relocalización de los flujos alimentarios y la incorporación de criterios agroecológicos en los sistemas productivos.
En representación del Consistorio, a esta primera reunión, fue nuestra portavoz y concejal de Medio Ambiente, María Sánchez, quien acudió al encuentro que sirvió para arrancar este ambicioso proyecto, y del que se extrajeron varias conclusiones gracias al trabajo de la Universidad de Valladolid y su Grupo de Investigación de Economía, Energía y Dinámica de Sistemas, encargados de exponer las conclusiones provisionales del estudio ‘Metabolismo y huella agroalimentaria de Valladolid’. Una concienzuda investigación de la situación actual del sistema alimentario que permite conocer, por ejemplo, que el peso de lo que comemos cada vallisoletano supera los 660 kg anuales o que la superficie necesaria para dar de comer a todos los habitantes de la ciudad supera en 20 veces el tamaño del término municipal.
A partir de ahora, se trata de realizar un proceso participativo para priorizar retos y plantear propuestas de acción para impulsar el debate, y para la incorporación de la soberanía alimentaria y la equidad en la agenda social de Valladolid. Están previstas para ello diversas reuniones de trabajo y talleres sectoriales a lo largo del próximo otoño e invierno, de forma que los protagonistas de la cadena alimentaria, desde los productores a la distribución, del comercio a los consumidores, planteen las acciones que deberán ponerse en marcha en la ciudad para hacer más sostenible su alimentación. Un trabajo lento pero constante que espera concluir a comienzos de 2018 con la Estrategia Alimentaria a punto.