Valladolid Toma la Palabra, la plataforma ciudadana apoyada por IU y EQUO que se presenta a las elecciones municipales encabezada por Manuel Saravia, propone la potenciación de los espacios escénicos vallisoletanos para impulsar un mayor desarrollo de la actividad teatral de la ciudad, plantea medidas para proteger los equipamientos existentes y actuará para exigir actuaciones urgentes para la conservación del teatro Lope de Vega. Este espacio se piensa como escaparate de la creación escénica vallisoletana (teatro, danza, circo, música y cine), tanto de profesionales como de aficionados, respetando criterios de calidad e interés social, y en tal sentido se promoverá un encuentro con sus actuales propietarios, así como con representantes de Cultura de la Junta de Castilla y León, para conocer sus pretensiones sobre el inmueble.
Se integran en este lugar el interés por la conservación de edificios históricos y la decisión de mantener su uso cultural, vinculado a las artes escénicas. En ninguno de los dos ámbitos parece haber propuestas serias ni por parte de sus actuales propietarios (el Banco Ceiss), ni por parte de las administraciones públicas (la Junta de Castilla y León y el propio Ayuntamiento).
Llama poderosamente la atención el desinterés por la conservación de este espacio puesto de manifiesto tanto por la Junta como por el Ayuntamiento. La primera administración, ante la petición del Grupo Municipal de Izquierda Unida a la Dirección General de Patrimonio Cultural de que “actuase para evitar la ruina del teatro Lope de Vega” se desentendió, y respondió aludiendo a su falta de competencias para programar actividades culturales. El Ayuntamiento, por su parte, no sólo ha hecho oídos sordos a una demanda semejante de IU (del 5 de enero de este año), sino que en la normativa que ha dispuesto en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ni siquiera se contempla la posibilidad de aplicar el proyecto de rehabilitación redactado y aprobado en 2009. Se trata, por tanto, de una marcha atrás incomprensible que deberá explicar el alcalde. Pues ya no es únicamente que no se promueva la conservación, sino que ni siquiera se han recogido propuestas anteriores. (Basta comprobar que el inmueble está calificado como “actividad económica terciaria / ocio recreativo”, y que la normativa de catalogación impediría las obras propuestas).
Debe recordarse que este teatro es el más antiguo espacio escénico de la ciudad. El edificio cuenta con más de 150 años de historia. Con capacidad para 954 espectadores (348 de ellos en el patio de butacas), fue inaugurado en 1861, ocupando una parcela de 1617 m2 que tradicionalmente se había destinado a ese mismo uso. Lo proyectó Jerónimo de la Gándara. En julio de 1920 se hicieron obras de modificación de la fachada (la original remataba con un frontón), levantando el paño y colocando azulejos y la marquesina de hierro y cristal, con proyecto de Fidel Mantilla.
Estuvo funcionando como teatro y luego también como cine, pero cerró en 2000. Parte del inmueble ha venido siendo utilizado por el Mesón Restaurante Riesgo. En 2006 lo adquirió Caja Duero (por 7 millones de euros) para sede de la Orquesta de Castilla y León. De 2007 a 2009 esta entidad presentó los proyectos básico y de ejecución (firmados por Horacio Fernández del Castillo) para su “rehabilitación integral”, que pretendía “ir más allá de una simple consolidación y restauración de la sala principal”. Obtuvo las licencias municipales y el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio el 30 de octubre de 2009, tras un complicado proceso.
El proyecto plantea la restauración y recuperación de los principales espacios del edificio original, pero además una serie de intervenciones en el ambigú de la planta superior, la zona de oficinas, una nueva caja escénica, la recuperación del foso de la orquesta, nuevas instalaciones y la creación de una sala polivalente en el cuerpo de 20 de febrero. El presupuesto de ejecución material se elevaba a 5.448.800 euros, lo que suponía que el presupuesto total se estimase en 7,5 millones de euros.
Pero entre la documentación del proyecto es extraordinariamente interesante la descripción que se hace del estado del edificio. Concretamente se advierte de las siguientes problemas graves: 1) “Evidentes problemas derivados de la falta de estanqueidad de la cubierta”. 2) “Deformaciones antiguas producto de cedimientos de la estructura del edificio (…). Deformación muy acusada en las plantas superiores”. 3) Los camerinos laterales están “en estado verdaderamente lastimoso y de total degradación, y su estado insalubre exige una renovación completa”. 4) Otras dependencias se encuentran “en un estado de conservación deplorable”. 5) Los antiguos camerinos presentan “un estado calamitoso y es una prueba del abandono secular que ha tenido el teatro y sus construcciones anejas”. Y en la memoria del proyecto básico se acompañan 14 páginas con numerosas fotos que muestran el lamentable estado de toda la construcción.
Por todo ello, Valladolid Toma la Palabra ha presentado hoy mismo una denuncia en el Registro Municipal y en la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, en la que pone de manifiesto el mal estado del edificio histórico y la necesidad de que se obligue a los propietarios a actuar con urgencia para evitar que la degradación aumente, y se garantice la conservación del inmueble.