Estos días, en que se pone en valor buena parte del mejor patrimonio histórico y cultural de la ciudad, parecen un buen momento para plantear el papel de los distintos patrimonios y la política para su defensa y promoción.
Pues desde el punto de vista público interesa el patrimonio construido o material y el inmaterial; también el patrimonio natural, junto al artificial; el más valioso (los “tesoros artísticos”) y el de menor consideración cultural, pero esencial en la vida de ciertos barrios o lugares; el de carácter religioso (iglesias), militar (castillos), aristocrático (palacios), junto al popular y tradicional. El patrimonio que heredamos (que hay que cuidar) y el naciente, el que creamos ahora (que hay que promocionar). Lo grande y lo pequeño. El de unas y otras tradiciones. Teniendo en cuenta que todas estas facetas y tipos de patrimonio están interrelacionadas.
La protección suele articularse en dos elementos. Por un lado, una serie de listados, con distinta categoría jurídica (los catálogos del planeamiento urbanístico, por ejemplo; pero también otras listas de declaraciones de mayor rango -los BIC-, o de carácter únicamente divulgativo o cultural). Y por otro lado, distintas autoridades con capacidad para interpretar las leyes y normas protectoras, que siempre están (necesariamente) abiertas al debate sobre el alcance, sentido y forma de aplicación. En este contexto VTLP, que valora especialmente la convivencia de todas las formas y expresiones del patrimonio cultural, propone la creación de dos nuevos elementos que permitan mejorar tanto la protección y la preservación de todos los patrimonios heredados como la promoción del patrimonio del futuro; es decir, la creación cultural.
Y así, como medidas de gobierno municipal, María Sánchez ha declarado que pondrá en marcha “la elaboración de un amplio catálogo del patrimonio cultural de la ciudad (que integre los existentes, y desarrolle los que están más desprotegidos). Y también la creación de un espacio plural de debate, de carácter consultivo, que estimule la convivencia de todos ellos. Tendrá asistencia específica de las áreas de Cultura y Urbanismo, y dispondrá de capacidad para disponer los estudios necesarios para el buen debate.” Podrá incorporar especialistas de otros lugares, a través de videoconferencia, cuando el tipo de debate lo aconseje.
“En estos días hemos visto debates concretos sobre aspectos del patrimonio arquitectónico y urbanístico, como el de la fachada de la transformación del Corte Inglés de Constitución o el asfalto en calles del centro. Pero no estaría de más vincular la protección de determinados edificios a la de algunos oficios con los que se elaboró su decoración, por ejemplo. O recordar alguno de los grupos de trabajo del Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), como del denominado “Grupo de Trabajo sobre el cambio climático y el patrimonio”. De manera que, para las dos propuestas que se comentan más arriba, hay mucho trabajo por hacer. Desde Valladolid Toma La Palabra estamos dispuestos a llevarlo a cabo”. Ha asegurado Sánchez, candidata a la alcaldía.